Columna publicada el 3 de diciembre de 2019.
Son 20 años desde que se dio a conocer una directiva transitoria de número 0205 del 24 de febrero de 1999, en el cual la Dirección General de la Policía organizó y estructuró el escuadrón para solventar esa coyuntura temporal, pero poco después, y mediante la resolución #01363 del 14 de abril de ese mismo año, el Director General de la Policía formaliza lo que conocemos hoy como el Escuadrón Móvil Antidisturbios. O mejor llamado “El Escuadrón de la Muerte”. El nacimiento de este grupo asesino se dio el 24 de enero de 1999, y como hemos visto en las manifestaciones, ellos hacen presencia permanente en diecinueve ciudades del país, tres escuadrones residen en Bogotá, dos en Medellín y uno en cada de las ciudades principales de Colombia para un total de veintitrés escuadrones móviles antidisturbios. Sin embargo, hemos visto como estos asesinos han hecho de las suyas desde su creación, y sin dar tregua alguna no dejan de usar la fuerza para reprimir sea a estudiantes, profesores, indígenas, quienes más que todo ellos integran las manifestaciones. Entre los años 2002 y 2014 fueron documentados 448 agresiones por parte de este grupo antidisturbios, pero ya todos sabemos que no es más que un brazo más de la policía paramilitar que Colombia ha protegido y no da protección a los que exigimos nuestros derechos; sin embargo, ya que algunos de estos policías no tienen el dinero suficiente para entrar a una universidad o para hacer una carrera técnica en el SENA, prefieren integrarse a esa institución con el fin de ser adoctrinado por las políticas de su gobierno. Sabemos que han dejado cerca de más de 3950 víctimas, entre ellas 137 personas heridas, 13 casos de ejecuciones extrajudiciales, y 2 de violencia sexual. No son exactas, ya que no siempre los ciudadanos presenten su denuncia ya que, por miedo, por amenazas o por las secuelas que dejaron tras las agresiones recibidas. En más de 12 años, más de cinco estudiantes han sido asesinados por el ESMAD, considerando a los estudiantes como sus mayores enemigos, y es una realidad. Durante todo este tiempo, con mis propios ojos he visto el horror que estos personajes han dejado y han deshecho sin consecuencia alguna, ellos no son seres humanos, son seres impulsados por el odio, la guerra, la violencia y la muerte. Son personas con un bajo coeficiente intelectual del cual no conocemos sus nombres, no conocemos su vida personal, pero aseguro que la mayoría no tiene una familia propia así me desmientan, no me importa lo que sus familias a escondidas digan. Pero que es peor que el pueblo ensangrentado, un pueblo oprimido por las fuerzas paramilitares de un país indolente que le teme a la paz y quiere acabarla para seguir viviendo en una dictadura donde todos nosotros somos carne de cañón para el espectro de la guerra. No obstante, el ESMAD usa armas prohibidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y hay pruebas de que ellos sí usan armas letales contra su propio pueblo, pudiendo ser sus amigos de la infancia, familiares y demás. Personajes como José Obdulio Gaviria, Paloma Valencia, Carlos Holmes Trujillo, Miguel Uribe Turbay, Enrique Peñalosa y otros personajes de esa secta de la extrema derecha, defienden las acciones del ESMAD con tal de sembrar el miedo y el terror en sus palabras, pero que se puede esperar de unas personas que no tienen el mínimo criterio para dar a conocer sus intenciones de ver a un país en llamas, y culpando de sus fechorías a sus opositores. Y tal es el caso de como al señor Gustavo Petro lo han criticado con hashtags como #PetroMalditoIncendiario #PetroAsesino, entre otros, que solo causan risa y lástima por parte del uribismo, jóvenes y viejos seniles que no tienen ni la más mínima idea de porque el pueblo está protestando, ya que todos ellos le creen a lo que muestran a en los medios privados, corruptos y amenazadores como lo son Caracol y RCN. Sin más, estos policías deben de ser investigados, judicializados y encerrados, ya que ellos sí son un peligro para la sociedad. Esto se ha dado a debates en el Congreso por el accionar de este grupo quien no reconoce sus acciones, no reconocen las víctimas que dejan a su paso y lo único que quieren que sea fortalecido. Pues bien, el “presidente” Iván Duque anunció que prefiere aumentar el pie de fuerza, antes que desmantelarla. Al parecer a Duque no le importa lo que hagamos en las marchas, prefiere estar encerrado en su burbuja y hablando de Venezuela.
Pero hace diez años, desde Contravía el actual concejal de Bogotá Hollman Morris denunció el actuar del ESMAD, con el tema de la Minga en el Cauca durante el gobierno de Uribe. Usando armas convencionales para reprimir al pueblo colombiano, y mientras tanto, el señor Fernando Londoño, otro corrupto bueno para nada, el ladrón de Invercolsa, le pidió a Duque retirarse de su cargo. Claro, dándole la razón a un amigo que la oposición de la derecha es la misma derecha. Son tan patéticos. O en el mismo tiempo de la época de Uribe Vélez, no recordamos la muerte de Nicolás Neira, que tan solo tenía 15 años y hoy sigue en la impunidad, que bonito es este país de mierda (César Augusto Londoño). A Colombia le hace falta mucha memoria, y mucha dignidad para levantarse y poder expulsar a un gobierno con tantas muertes y las manos manchadas como lo ha sido siempre el de Álvaro Uribe Vélez. ¿Y que supone uno? Que lo ocurrido en los últimos días, con el fallecimiento de Dilan Cruz Neira, provocado por el miembro del ESMAD #003478, el cual luego de que el joven devolviera un tarro de gas lacrimógeno a ellos, le dispararon, en la cabeza y provocando que sus esquirlas se introdujeran ahí. Sin embargo, hay una investigación en la justicia penal militar del cual no conocemos el nombre del policía que le disparó. Dando a entender uno de sus compañeros antes del asesinato: “Disparen, a quien sea” ya que esto fue premeditado, y no considero este homicidio intencional. Pero ya no nos quedaremos callados, ya que daré nombres de los jóvenes asesinados por este cuerpo asesino de antidisturbios. 2001: Carlos Giovanni Blanco 2002: Jaime Acosta 2005: Nicolás Neira 2005 Jhonny Silva 2006: Óscar Salas 2016: Miguel Ángel Barbosa Estos homicidios deben ser respondidos no por la Corte Suprema de Justicia, sino por la Corte Penal Internacional, el mayor miedo de los genocidas en Colombia, y todo son paramilitares en el estado. Estamos hartos, cansados, molestos, iracundos, de todo lo que podamos sentir en nuestro ser por los actos del ESMAD. Y ya que la semana pasada la mayoría se portaron bien, en la Autopista Norte hubo disturbios con los camioneros, despejando las calles con violencia. Y ahora cuentan con la caída de un joven que estaba en uno de los puentes, los persiguen por la calle para golpearlos. No cabe duda de que el ESMAD, creado por Andrés Pastrana Arango es lo segundo peor que le ha pasado a Colombia, por eso Duque se niega a desmontarlo y Carlos Holmes Trujillo quiere reforzarlo, para así seguir reprimiendo con perdigones y armas letales al pueblo colombiano. El descaro de un gobierno preocupado por el vecino, golpeando a los suyos para así callarlo, o más bien para matarlo y mantenerlo encerrado en un país retrógrado, conformista, ignorante, repulsivo y violento. Sin embargo, este cáncer los debemos de extirpar de una vez y las cosas para el subpresidente ya se le salieron de control, queriendo dividir el paro, dividir a sus adversarios, queriendo proteger a Uribe Vélez. Pero no, ya el mundo sabe lo que Colombia está viviendo, y sus representantes en el exterior ya no van a poder lograr desmentirlo. ¿Qué harán ellos? Cubrirse con la sangre de los jóvenes que ellos asesinaron no será suficiente para encubrir los crímenes en Colombia, arrastrados y miserables son los uribistas que lo único que les espera es el averno mismo para pagar por sus acciones, un trabajo hecho a base de sangre, pólvora y política pagada por paramilitares.
Estamos a nada de cambiar esto, debemos a como dé lugar desmontar el ESMAD. ¿Se unen la cruzada? O prefieren vivir para siempre en el conformismo.
