Un militar "retirado" aspirando a participar en un golpe de estado que fracasó mediante ese "golpe blando" que los medios tradicionales querían implementar. Pero este señor, tiene un pasado muy oscuro cuando estaba militando en el Ejército. Y no habla de lo que hizo allá.
Tras conocerse la victoria de Gustavo Petro a la presidencia de Colombia, el señor Eduardo Enrique Zapateiro Altamiranda decidió renunciar como Comandante del Ejército Nacional, a que lo dieran de baja desde la misma Casa de Nariño, siendo él, General de las Fuerzas Militares de Colombia. Desde su posesión presidencial, ha vivido resentido y buscando la manera de que se ejecute un golpe de estado contra el gobierno del cambio, y está completamente desesperado porque sus “ingresos” se están acortando de manera fulminante con cada incautación que están haciendo los policías y los militares hacia los narcotraficantes, iniciando con cada cacería que le hacen a sus amigos del Clan del Golfo. Viéndolo así, está muy molesto y no solo por las declaraciones del narcochofer.
Entonces Zapateiro salió a victimizarse en el pasquín de Semana varios días después de que esta noticia saliera, mientras promocionaba su libro “El Honor del Deber Cumplido”. Estamos viendo una gran impunidad de parte de la Fiscalía que protege hasta el día de hoy a este desagradable personaje, que no tiene escrúpulos y se quiere convertir en un dictador. Lo que se puede esperar de un asesino que poseía un camuflado mientras sonreía en sus fotos de manera grotesca y vil, estando al lado de las sectas del uribismo y en un evento, muy sonriente con el fracasado de Enrique Gómez. Cuestionan su silencio desde redes sociales, porque no quieren que sea investigado y ya ese conductor que ayudó con la fuga de alias “Matamba” y la transportación de drogas en vehículos de la Unidad Nacional de Protección, y al mismo tiempo, Zapateiro entregándole armas al ya mencionado prófugo.
¿Y este es el mismo personaje que idolatró a John Jairo Vásquez, alias “Popeye” cuando se conoció su fallecimiento? Sí. Es la misma persona que ahora se cree columnista en el pasquín de Victoria Eugenia Dávila, en donde le da un espacio para que pueda escribir sus pseudocolumnas que solo son palabras vacías, sin argumentos y títulos de tinte amenazante para todo el país. No se da cuenta Zapateiro que sus días de libertad están contados, ¿Verdad? No sabe la clase de don nadie en el que se ha convertido, y convenciendo a los adoctrinados de las reservas militares del ACORE (Próximamente hablaré de ellos), para que el pasado 19 de junio se prepararan para seguir ejecutando ese golpe blando que los medios tradicionales han hecho contra el presidente de Colombia.
Y siguiendo el lineamiento de Sebastián Narváez, con su frase ridícula de “Petro es Hambre”. Seguro estaba allá en la Plaza de Bolívar, sin dar explicaciones del porqué usted estaba en la nómina del Clan del Golfo, y escondiéndose como el cobarde que ha sido, junto a su otro amigo, Juvenal Díaz Mateus. Venga Eduardo, quiero hacerle una pregunta y espero tenga el valor de contestarla: ¿Cuándo le entregó una copia de su libro al imputado de Álvaro Uribe Vélez a sus manos, no notó la cara de lástima que este decrépito viejo sentía por usted? Esto es lo que se puede esperar de una persona que tiene las manos manchadas de sangre desde los años 90, cuando era capitán del Ejército. Y antes usted, el pasado 12 de mayo salió a tirarle odio a las palabras del presidente Petro sobre los acuerdos de paz y lo que tiene en mente para que Colombia salga de la guerra interna que tiene actualmente, diciendo un poco de sandeces en el siguiente trino que voy a citar:
“Presidente Gustavo Petro; he dedicado 40 años de mi vida sumándole a construir la PAZ de nuestra nación. No pretenda intimidarme, silenciarme y ponerme a mí y a mi familia en riesgo. Que lo sepa toda Colombia. Le sugiero leer el libro que acabé de publicar en la FilBO-2023. ¡Conózcame!”
Primero que todo vamos a dejar claro una cosa: Sabemos que le tiene miedo a la paz y a la verdad que ha declarado Salvatore Mancuso y eso afecta el status quo de sus amigos, los narcoparamilitares que han gobernado durante años, y estoy también seguro de que usted nunca asistió a un colegio y aprendió a escribir bien. Porque en ese trino noté varios errores ortográficos y viene a desquitarse (le guste o no), con su presidente. Y estaba de lambón, y participando en esa marcha que ocurrió en esos días, junto a otros militares retirados. No le gusta escuchar, no le gusta debatir, solo le gusta decir barbaridades tergiversadas para sentirse grande, cuando es en realidad un pequeño insignificante que se quedó sin sus dosis de cocaína. Su miedo más grande es ver como el narcotráfico se va a legalizar en Colombia, y en Estados Unidos ya no consumen dicha sustancia. Si tiene algo de inteligencia, vaya pensando en cómo va a mantenerse en pie antes de que vayan por usted.
Cuando el señor Petro se dio cuenta de que usted participó en esa marcha, publicó una foto con el siguiente enunciado:
“Ayer Mancuso, el paramilitar, aportó a la verdad y a la construcción de la paz, al narrar los días de horror que construyó con el poder político y militar. Hoy ante el mismo tribunal va detenido el coronel Hernán Mejía, el militar, por burlarse de la verdad y de la paz. El coronel estaba con el exgeneral Zapateiro. Invito a Hernán y a Zapateiro a vivir este momento de la historia que es el de la Paz, la verdad, el pueblo y la democracia. Nuestra sociedad merece ser conducida hacia la Paz y no hacia la violencia.”
¿Lo ven? El odio que este exmilitar le tiene a Gustavo Petro no tiene límites, y no necesita que lo vayamos a defender. Es más, sigue el mismo libreto adoctrinado que ha recibido los demás militares retirados, y no es capaz de aceptar que el país está yendo en un rumbo diferente al que ha estado acostumbrado, mientras encubría asesinatos de líderes sociales, campesinos y estudiantes. Este resentido sin camuflado sigue siendo un peligro para la sociedad y sigue libre en las calles del país, porque no quiere darle la cara a la JEP, porque teme a verse en un espejo, vestido de presidiario frente a su familia y se ha inventado sus propias películas de conspiración hacia su vida, en cada entrevista. En otro trino del 14 de marzo, le reclama al presidente por los grupos armados que han venido legislando en los territorios vulnerables del país, y que se han establecido después de los gobiernos de Santos y Duque. Y usted, Eduardo, sale con esta “perla” de comentario:
“Durante los cuatro años del gobierno Duque se combatieron los delincuentes y se fortaleció la Fuerza Pública. No es posible como su gobierno negocia con delincuentes mientras se acaba la moral de los que día a día defienden el país.”
Por lo menos, el presidente no negocia con el Clan del Golfo para tener nóminas económicas en su bolsillo, maldito hipócrita.
Las verdades no son lo suyo, y se esconde de todo lo que le rodea para el bien del país. ¡Mucho cuidado! Es el que usted debe tener con lo que dice en sus redes sociales, porque cada vez que sale un hecho de corrupción, sea donde sea, su nombre estará ahí en esos escándalos. Y para darle un ejemplo, esto es de parte del compañero Juan Poe, que lo ha investigado y lo tiene completamente en la mira. ¿No me cree Eduardo? Eso es lo que se puede esperar de alguien que dejó de aprender todo acerca de su propia patria, porque se le acabó el honor y traicionó la lealtad de su institución. Aparte de todo, su grito de guerra “¡AJÚA!”, carece de valor propio hoy en día, y dejó de ser intimidante de parte suya. ¿No es verdad?
“Es importante que el General Eduardo Zapateiro le explique al país como desde los años 80 y los años 90 ocupó cargos en Batallones y Brigadas del Ejército relacionadas con el paramilitarismo, en el Magdalena Medio y Urabá, bajo el mando de Farouk Yanine Díaz y Rito Alejo del Río.”
“Según su hoja de vida, Zapateiro nació el 18 de julio de 1962 en Cartagena, e ingresó al escalafón militar el 1 de diciembre de 1985. Allí tuvo contacto con destacamentos militares de Santander y el Magdalena Medio, donde ocurrieron graves masacres del paramilitarismo.”
“De agosto 12 al 31 de diciembre de 1987, Zapateiro fue Comandante de Pelotón del Batallón de Infantería #15 Francisco de Paula Santander, con jurisdicción en ese departamento. En octubre 6 de 1987 los paramilitares desaparecieron en Puerto Araujo, Santander, a 19 comerciantes.”
“De diciembre 1 de 1988 a 23 de junio de 1989 fue Jefe de Inteligencia del Batallón de Infantería #27 en Magdalena. En enero 18 de 1989 asesinaron en la Rochela a investigadores de la muerte de esos comerciantes. Zapateiro estaba a orden de Farouk Yanine acusado de esos hechos.”
“De septiembre 7 de 1994 a junio 1 de 1996, Zapateiro fue Comandante de Compañía del Batallón Voltígeros en Urabá. En agosto 12 de 1995, en el bar Aratacazo, en Chigorodó – Urabá, paramilitares que salieron del Batallón Voltígeros asesinaron a 18 personas, según documentos de prueba.”
“El Batallón Voltígeros de Zapateiro estaba bajo órdenes de Rito Alejo del Río de la Brigada 17, con nexos probados con paramilitares. Allí es donde en marzo 9 de 1995 sucede la desaparición de Jaime Enrique Quintero, padre de Juan Fernando Quintero, al parecer por paramilitares.”
“Según una sentencia de Justicia y Paz, el Batallón Voltígeros de Zapateiro recibía órdenes de Rito Alejo del Río y de quien llegó a ser Comandante de las FFMM, Alejandro Navas, a quien varios paramilitares señalan de dejarlos operar en el Urabá durante 1996 a 1997.”
“Por último, Zapateiro es mencionado en el proceso que la Corte Interamericana de Derechos Humanos adelantó por el homicidio del líder Marino López, por el que condenaron a Rito Alejo del Río. Allí se le señala como conocedor del fenómeno del paramilitarismo en Urabá. La pregunta es: ¿Por qué nunca lo denunció?”
Créditos al compañero Juan Poe (@JuanPoe). Por favor visiten su perfil de Twitter: https://twitter.com/JuanPoe
Si creyó que estas investigaciones son una amenaza para usted, es porque no conoce lo que soy en realidad y sin siquiera ver a través de sus deteriorados pensamientos de ver a todos los jóvenes en una guerra interminable. Sé que me odia porque hablé de usted en el pasado y está disgustado, pero no me puso como prioridad en esa lista de perfilamientos que realizaron sus amigos en el año 2021, porque sabe que no era una amenaza como lo soy ahora para gente como usted, y le aseguro que ni usted ni nadie va a poder tocarme, porque sabe que lo voy a destruir, sea con mis palabras, sea con mis artículos, o con algo mucho más oscuro que he manejado durante los últimos años. ¿Cree poder irritar a una persona que ha leído su propia historia? Para dejarle una cosa más en claro, Eduardo: La ideología del enemigo interno se acabó.
Ahora. Usted calla ante esos mercenarios colombianos que estuvieron en el ejército colombiano, y no ha vuelto a saber nada de ellos. ¿Por qué será? Los dólares se están devaluando, dejaron de tener valor y usted no se ha dado cuenta de eso, porque solo le interesa defender el negocio del narcotráfico y darle soldado al régimen de Ucrania para que pueda obtener algo de dinero y poder combatir el armamento ruso. ¿Cuál es el problema aquí? Que ese armamento es mucho mejor y efectivo que lo que Estados Unidos (sus amos), no podrán igualar. Volviendo nuestro asunto, uno debe saber la clase que está confrontando, y Zapateiro dejó de ser alguien intimidante y se convirtió en una persona completamente incompetente, siendo un payaso que se cree traqueto.
Entretanto, pretendía organizarse junto a sus amigos del Clan del Golfo a escondidas de los colombianos para recibir su parte. Hasta que llegó esa mención…
Cuando duerme, las declaraciones de ese narcochofer no lo dejan tranquilo en sus “sueños”, mientras pensaba en esa condecoración que le dio a la hija del testaferro de Pablo Escobar, Paola Andrea Holguín, y al exalcalde de Medellín, Federico Gutiérrez. Amigos suyos que también tienen nexos con el narcotráfico, que poco a poco van a caer en cualquier momento y se lo llevarán arrastrado junto a todas las víctimas de falsos positivos a los que usted ha ejecutado, y así niegue su participación, la justicia irá por usted y veremos de forma despreciable defenderse de dichas acusaciones que lo tienen sometido entre el desespero y la locura. El adoctrinamiento que recibió hace décadas ya no le va a servir de nada.
Dado así, que usted no quiere aceptar sus responsabilidades ni confesar lo que le pasó al papá de ese jugador de fútbol, porque tiene sus manos manchadas de esa misma sangre de la cual dice que se siente “orgulloso” de haber servido a su patria, cuando ha tenido nexos con paramilitares, narcotraficantes y organismos de sicariato que se esconden de la justicia. ¿Piensa confesar sus actos Zapateiro? O quiere seguir dándole quejas a los medios tradicionales para que creen una cortina de humo mientras siguen saliendo más casos de pramilitarismo en esa JEP que tanto desprecia. Lo escucho.
Es lo que se puede esperar de un hombre como usted, que no quiere aportar las pruebas para confesar sus delitos y admitir que se convirtió en otro narcotraficante más que defiende el establecimiento que está buscando la manera de acabar con Gustavo Petro. ¿De verdad eso es todo lo que puede hacer, perro faldero paramilitar? Las neuronas no le dan lo suficiente para pelear con algo que está sumergido entre las sombras, ni mucho menos para dar el debate necesario para salir victorioso. Las cosas por su nombre, Zapateiro. Siempre ha sido un asesino con camuflado, y no me importa cuantos años dedicó su vida al país, mientras estaba defendiendo criminales, fingiendo bajas en combate frente a una iglesia y dándole las gracias a un “dios” ficticio e inexistente.
Así que, prefiere quedarse en silencio total porque no es capaz de entender la situación en la que está actualmente. El criterio de un personaje corrupto, adoctrinado y que ha perdido mucho en los últimos días, y que no hizo realmente algo importante por su institución cuando era general del Ejército, y ahora viene aquí, a decir que está “orgulloso” de los logros que ellos (los soldados) están haciendo, y a la vez, tiene la voz entrecortada por todas las embarradas que ha encubierto para su propio beneficio. ¿No es así, Zapateiro? No quiere hablar de la paz, no quiere que haya justicia en Colombia, no desea que el país cambie y que siga siendo un lacayo de un país neoliberal y de unos cuantos, porque no acepta los cambios y el progreso que está por venir. No le conviene salir del país junto a su familia, porque una circular roja resaltaría en su historial criminal.
Entre más usted busque justificar sus actos, más la gente y las instituciones se pondrán en su contra, porque solo es cuestión de tiempo que vayan por usted...
Eso sí, si primero nos deshacemos de su amigo Francisco Barbosa.
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