Dado los sucesos recientes, este país indolente y lleno de fracasados con pensamientos derrotistas no quieren avanzar como país nos queda como castigo la extinción nacional.
A veces pienso que este país tercermundista, subdesarrollado y considerado un platanal no debería existir. Pero aquí estamos, jodidos, endeudados, viendo como estos miserables y llamados “honorables parlamentarios” se roban lo que nos queda de recursos naturales, se terminan de robar hasta el agua para dárselo a personas inescrupulosas para extraer oro y contaminarla fuente vital del ser humano, eso en el caso del Páramo de Santurbán cuando Juan Manuel Santos lo ofreció a los árabes. Por ejemplo, el señor Alberto Carrasquilla quiere que observemos su obsesión por ver destruido ese gran lugar donde el agua es más importante.
Y es que viendo como nuestras instituciones desde hace más de veinte años han cruzado la línea de la corrupción, y todos ellos ahora al servicio del paramilitarismo vigilando todo desde: teléfonos fijos, celulares, computadores, espiando a sus opositores, y todos ellos siendo chuzados por las “Águilas Negras” que no son más que la central de inteligencia de la Policía Nacional. No obstante, esta práctica supuestamente está prohibida en Colombia, (hablando del paramilitarismo) y aun así la sociedad no hace nada para detener estas masacres.
Antes yo había mencionado un par de males que el país sufre, pero como siempre, la gente no lee, no cuestiona y solo le da compartir y ya. Otros que sí se toman la tarea de leer, empiezan a criticar lo que están leyendo porque saben que es una verdad que les duele y no quieren admitir que viven una realidad donde le enseñaron a vivir entre el fracaso y la derrota total. Sin embargo, las protestas se ven pero prefieren esconderse tras las mentiras de los medios tradicionales poniendo a sus opositores como los malos de la película.
Entonces somos un país donde nos gobierna una secta de banqueros, ganaderos, terratenientes, narcotraficantes y la corrupción que ellos mismos emanan, han destruido y han negado la historia colombiana. Ustedes que es lo que quieren realmente con su vida, ¿ser esclavos toda la vida? ¿Vivir en el derrotismo eternamente? ¿Ver qué sus hijos repitan la historia todo el tiempo? A ustedes les cuesta mirarse en el espejo y culpar al otro, pero no son capaces de asumir sus propios errores como persona, como sociedad y como Estado. Tantas oportunidades que el país ha tenido para cambiar la historia nefasta y corrupta de Colombia, pero no. Les cuesta admitir que no se pueden vivir sin corrupción.
Se tiene que decir la verdad en algún momento, pero el colombiano promedio, el mismo que dice que “somos el país más feliz del mundo” país del sagrado corazón, (cosa que yo no tengo). Somos un país que cree que es mejor ser narcotraficante y prepago a ser una persona preparada profesionalmente y con intelecto alguno; esperen que yo no haya terminado de decir lo que realmente ustedes deben escuchar.
Los colombianos estamos malditos, nosotros no queremos cambiar pero ustedes se niegan a ese mismo cambio y se niegan a tener argumentos para defender a unos personajes de cuello blanco. ¿Entienden por qué somos un país de FRACASADOS? O prefieren que se les explique con plastilina. Porque no son capaces de pelear por sus derechos, no son capaces de reformarse, no son capaces de confesar que sus hijos andan en malos caminos, robando, haciendo envíos con droga a través de microtráfico, y las adolescentes se prostituyen, se embarazan, no terminan sus estudios por el simple hecho de no protegerse y de dar a luz un costal de huesos que le va a arruinar la vida y sus papás teniendo el papel de alcahuetas.
Ahora Colombia quiere incitar a los jóvenes a una guerra que el país no quiere, que no se eduquen y que los padres de estos sigan trabajando entre semana y tomando cerveza mientras ven fútbol los fines de semana. No señores, en estos tiempos actuales eso ya no van a suceder, el fútbol se les murió hace mucho tiempo; y esto no va para ningún lado, ya que esta pandemia ha mostrado la raleza que somos realmente, haciendo pataletas para que todo vuelva a la normalidad. Y esa “normalidad” a la que ustedes se acostumbraron en todo el país sin excluir a nadie, fue despedazado a punta de machetazos, a punta de reflexión, y observamos como los animales en el mundo nos miran como unos asesinos, destruyendo nuestro planeta y es lo que en este platanal se quieren hacer.
Es un desquite que el pueblo joven quiere darle al viejo, a ese pueblo fracasado que siempre dicen que nada va a pasar. ¿Creen que una anarquía aquí va a servir de algo? Miren a su alrededor y pregunten si hemos vivido libremente aquí en esta tierra, porque no es así. En esta dictadura, en este NarcoEstado, en este subdesarrollo en el que hemos vivido durante doscientos años y siempre repetimos los mismos errores todos los días, todos los meses y todos los años repitiendo el fracaso en el que hemos vivido.
Bonito, ¿cierto? Ustedes, como siempre viviendo como unos sinvergüenzas sin término alguno y prefieren quedarse dormido en los laureles mientras los roban, matan líderes sociales, construyen a medias mientras se roban el dinero de lo que vale sea una vía, un edificio, una presa, un colegio y hasta un hospital. Porque todos sabemos que la salud en Colombia es privada gracias a dos personajes que siguen jodiendo al país con sus nefastas decisiones, sin olvidarse de su amigo político involucrado en el escándalo de Lolita Express.
La tierra tiembla, y la repercusión de estos personajes que dicen ser intocables; y tienen a su merced las instituciones públicas para mantener la impunidad en la que se siguen rodeando familias como los Char, los Gerlein y los Noguera en el caso del escándalo de Aída Merlano. Tuvimos cuatro años para elegir a una persona que sí quiere sacar al país de la miseria y la pobreza en la que estamos viviendo, y como siempre la corrupción gana manipulando los votos y haciendo fraude electoral. Con la Ñeñepolítica haciendo de las suyas, las pruebas siguen saliendo todos los días, siguen saliendo escándalos donde se involucra al senador y ex-presidente Álvaro Uribe Vélez.
Y este mismo personaje como está acostumbrado el país a ver como la impunidad los rodea, gracias a que somos el número uno en ser el país más corrupto del mundo. Y no se dignan a admitirlo, somos una vergüenza para el planeta, y si salimos de Colombia a buscarnos una vida mejor en otro país, seremos vistos como narcotraficantes y ese será el único antecedente que nos van a buscar si vamos al extranjero.
Ah, pero el pobre está acostumbrado a aguantar hambre. Así de cínicos somos, que no pensamos en la vida sino en la economía de unos cuantos que son dueños del país y quieren seguir aprovechando la pandemia para seguir viviendo con la corruptela que hay en los edilatos, concejos, alcaldías y gobernaciones. Hemos presenciado casos de corrupción inmensos como el caso de Odebrecht, que el mismo estado por parte de la Fiscalía asesinó con cianuro a Jorge Pizarro y a su hijo para callar la verdad y que ese mismo escándalo no siguiera dando pasos agigantados.
En otras palabras esto fue un regaño para todos ustedes que siguen en el mismo camino de la corrupción e impunidad total, y son expertos deseándole el mal a la gente. No necesidad decir mentiras, los conozco a todos ustedes y conozco esos negros corazones que tienen porque no pueden existir sin el conformismo, sin esa misantropía, sin ese mismo derrotismo que mencionado muchas veces en Twitter y se niegan totalmente a ver la verdad como algunos de nosotros, los de a pie la observamos de esta manera.
Sigan así, sigan creyendo que el gobierno los va a ayudar, sigan pensando que la moral es importante para esos corruptos colombianos, sigan creyendo que la crisis en la que estamos viviendo es un chiste para algunos, y me refiero a la mayoría de los habitantes de la región Caribe colombiana. Qué lástima que prefieran seguir festejando su propia pobreza, jugando billar, tomando cerveza y obligando a sus hijos a que deban seguir sus mismos pasos como los cobardes y retrasados mentales que son.
Durante años, la guerra nos ha quitado parte de nuestras familias, tierras, cabezas e incluso nuestra esperanza. Peor que todos ustedes se acostumbraron a esa vida asesina, viviendo con litros de sangre a su alrededor mientras los pobres del país matándose entre ellos por el gusto de otros. ¿Toca recordarles el polémico Estatuto de Seguridad del gobierno de julio César Turbay Ayala? O ya olvidaron también la nefasta “Seguridad Democrática” de los ocho años de gobierno de Álvaro Uribe Vélez, el cual ustedes con el miedo que tienen en su garganta prefieren llamarlo Innombrable.
Estamos ante un gobierno mediocre donde los mediocres prefieren gastar el presupuesto del Estado en camiones blindados, armamento y camionetas para el ESMAD, y hasta para los jueces con la excusa de que se necesitaban para reemplazar las viejas camionetas. ¡Hágame el berraco favor! Es por eso que la corrupción en Colombia gana, es por eso que se nos dan la oportunidad de cambiar pero no lo hacemos por creerles a esas personas que se creen “independientes” y “alternativos”.
Por eso nosotros como colombianos no merecemos nada de esto, no merecemos la vida que tenemos pero ustedes se lo buscan de mala gana y después se quejan del vecino, ¿verdad? Seamos honestos en este momento porque si cayera un meteoro en el planeta, Colombia sería el primero en recibir su impacto por su negligencia y su confort de dejar su dinero en los bancos más corruptos y aporófobos del país. Sí, merecemos la extinción por no pensar, por creer en mentiras de los medios privados, porque nos llaman extremistas por pensar diferente, por criticar los cacerolazos que se hacen en el país.
Diciendo que convocamos el hambre, pero si no se pellizcan para sembrar su propia comida, entonces como piensan sobrevivir. ¿Con petróleo? No, esta extinción es un castigo por parte de la naturaleza, y si ellos quieren vernos en fosas comunes, que ellos mismos sean los muertos.
Porque nosotros no seguiremos siendo carne de cañón en un país extinto y destruido por ellos.
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