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Foto del escritorEl Dragón Negro

EL FÚTBOL COLOMBIANO, HA MUERTO

Actualizado: 23 sept 2020

En Colombia por décadas se usó este deporte para mantener distraído a su pueblo, hoy en la pandemia cree que va a tener la misma fuerza que tuvo antes y creen que volverá a ser como antes, pero se equivocan.


Por 70 años hemos estado distraídos con un deporte que ha ocultado eventos tan grandes en Colombia como lo es El Bogotazo del 9 de abril de 1948 y la toma y quema del Palacio de Justicia en la noche del 6 de noviembre de 1985 mientras jugaba el partido Magdalena-Millonarios. Y sí, en ese entonces la tía de la señora o señorita Carolina Sanín, Noemí Sanín siendo ella en ese entonces Ministra de Comunicaciones quien recibiera la orden de dar ese partido estando ya programado. Como siempre, exponiendo una vez más un episodio oscuro de la historia de Colombia mientras el pueblo está recibiendo pan y circo.


Todo este desastre ha hecho que el fútbol colombiano se consolidara para entretener al país con el fin de que los corruptos de Colombia estén haciendo de las suyas mientras se roban el dinero del Estado para llevarlos como ahorro, sea en Panama Papers (Alberto Carrasquilla); sea en las Islas Caimán o en algún otro paradisíaco lugar donde no tengan que preocuparse por un país pobre. He aquí a los aporófobos que he mencionado anteriormente. Ustedes los que apoyan a estos personajes, son culpables de seguir sus errores, sus mentiras y vivir arrodillados y reemplazar su cerebro humano por una pelota blanco y negro hecha de caucho. ¿No es así?


La gracia de todo esto, es que el colombiano al enterarse de que irían a mundiales de dicho deporte para poder distraerse, y es al mismo tiempo un error irremediable que el fútbol siga estando vigente hasta hoy en día. Pero, sabemos que en esta cuarentena todos los deportes han sido opacados e inclusive, el señor Álvaro Uribe Vélez alias Matarife en su desespero por reactivar el balón pie colombiano para tapar los escándalos que han salido en contra de su famosa “reputación”, misma que nunca ha tenido.


A este deporte le cogí bastante desprecio un 7 de noviembre del año 2006, y teniendo un profesor de Educación Física y a la vez de Danzas, por no gustarme su clase y el haberle quitado un actitudinal, en señal de venganza logró patearme la mano izquierda. Pero vi que me habían partido el dedo índice de esa mano siendo yo arquero en el colegio donde hice el bachillerato. Y sé que a ustedes, los que están leyendo esto ahora, eso último no les importa porque prefieren estar arraigados a una burbuja que se reventó hace más de dos meses cuando la pandemia se declaró en todo el mundo. ¿Cierto? O van a decir que eso es mentira, cristianos de garaje.


Y desde ese día lo vi como algo dañino para mi mente y para mi cuerpo, y lo peor de todo es que ha estado siendo utilizado este deporte como fachada y excusa para robar y delinquir. Sí, estoy hablando de las famosas barras bravas. Y hemos sido víctimas de estos ladrones que envician su cuerpo para destruir al más indefenso y sé que no estarán de acuerdo con esto, pero es algo que se ha querido decir desde hace mucho tiempo. Más cuando llegó a la televisión ese canal basura de Win Sports, que para muchos terminó siendo un pagadero de dinero por ver a unos personajes hablando sandeces mientras narraban los partidos. ¿Cierto qué sí?


La pandemia destapó muchas cosas que el ser humano ha ocultado durante años e incluso siglos, pero no todos quieren salir de esa burbuja porque temen a ver la realidad que tanto han visto y su cerebro no va a poder asimilar tantas cosas. Será su suicidio para esos indolentes que niegan varias verdades, niegan ese lavado cerebral que les hicieron de pequeños porque su modo de pensar cambiaría en cualquier momento. Es una pena que no quieran despertar, quitarse ese problema, esa distracción que los ha cegado desde que fueron traídos a este plano de la existencia para vivir como los ignorantes que son ahora.


El único tema que es sensible para el colombiano, es que le critiquen su deporte favorito. El fútbol desde que llegó a Colombia ha sido siempre un cáncer y al mismo tiempo un arma de distracción masiva con el fin de que sus hinchas hagan el ridículo en otros países como lo ocurrido con el colombiano que en el año 2018 grabó un vídeo con una aficionada de origen japonés, diciéndole a ella que: “Soy bien perra, soy una puta” tras el partido que jugaron ambas selecciones en el Mundial de Rusia.


Sin vergüenza alguna, la Cancillería en ese entonces rechazó el acto de este colombiano el pasado 19 de junio de 2018 desde su cuenta de Twitter anunciando lo siguiente:

“Invitamos a los connacionales que portan la camiseta tricolor y que representan a miles de colombianos en el Mundial de Rusia a fomentar el respeto y el buen trato. Rechazamos los malos comportamientos; no representan nuestra cultura, nuestro idioma y nuestra raza.”

Del personaje no se volvió a saber nada luego del incidente, ya que iba a ser linchado tanto en redes como en las calles. Bueno, es el castigo que se merece por misoginia, indolencia, y por alabar un deporte que ha matado a jóvenes por una simple camiseta. Los he visto, pero hay muchos que niegan su pasado como hinchas y no soy él único que lo hace y hoy en día no me arrepiento de dejar de seguir ese deporte que me costó la fractura de unos de los dedos.


Sin embargo, y por desgracia para el resto insisten en que cierto equipo debe ser mejor que el otro dependiendo de las puñaladas y muertes que se hacen entre ellos. No fue así cuando Gustavo Petro y la Bogotá Humana llegaron a la ciudad y se puso fin a estas rivalidades. Y he insistido en que ese deporte sea prohibido en Colombia con el fin de acabar con el circo que se ha impuesto durante años y, ¿creen qué han escuchado? Nunca lo hacen, porque son sordos, ciegos y mudos.


Les guste o no, siempre ha sido un mal para el país. Y recordarles que en 1997 los paramilitares jugaron con la cabeza de un agricultor ese mismo “deporte” después de que fuera decapitado. Y no solo fue así en Colombia, esa misma práctica se vio también en la frontera entre Pakistán y Afganistán cuando se publicó un vídeo donde se muestra a unos supuestos talibanes jugando fútbol con las cabezas guillotinadas de sus víctimas. Si desean saber más de ese caso, aquí dejo el link:



Continuando con la crítica que se le hace, ustedes los que siguen a cierto deporte se deben estar jalando los pelos de la cabeza, pero para que decirle a un "comentarista de deportes" calvo como lo es Carlos Antonio Vélez (próximamente hablaré de él) que es más importante que los ciudadanos le pongan cuidado a sus pésimos comentarios y a su odio por la Colombia Humana y por ver este país en un camino más recto. Algo que muchos no quieren tomar por temor a ser como nosotros, y ya que se acostumbraron de mala gana sin saber lo que significa la palabra "mamerto".


Algo que no tienen en cuenta estos personajes indolentes es que no va a durar para siempre sus prácticas de seguir distrayendo al pueblo con partidos repetitivos y aburridos. Ejemplo, los “accidentes” en la cancha de Neymar Jr. Conocido por pocos como el Romeo Santos del fútbol (risa descontrolada), que le gusta llamar la atención con sus mismas actuaciones cada vez que juega un partido y se hace el que está lastimado. Y tanto así, que lo ha llevado a niveles extremos y sus fanáticos lo ven como una payasada pero sus fanáticas lo ven como una preocupación. ¿No les da vergüenza seguir a ese tipo de personajes?


Volviendo a Colombia le dan más importancia a un pobre pendejo como lo es James Rodríguez que ni es capaz de responder por su hijo hasta donde yo sé, no lo hace. Pero prefiere dejar embarazada a una e irse a bailar, a salir y a coger con la otra. Solo el colombiano sabe lo que es la infidelidad y no le importa la familia que formó, eso solo los hombres que lo ha practicado saben bien de que hablo. Les pagan, cada sábado van a tomar, ven fútbol y están con la amante, ¿me van a decir qué no es verdad?


Antes de esta cuarentena, era así. Muchos se niegan a cambiar la mentalidad a la que fueron adoctrinados y acostumbrados viendo como el fútbol los lleva a una “realidad” donde ven a Colombia como el país más feliz del mundo, donde le dan más importancia a ese deporte que a las necesidades mientras se está muriendo de hambre y cree que un balón hecho de tela le dará de comer, pero les cuesta despertar y admitir sus problemas reales. Lo van a tener que aceptar, porque nada dura para siempre. No esperen que un televisor donde transmiten esos partidos tediosos y fastidiosos les va a dar de comer, y he dicho varias veces que uno mismo debe sembrar su propia comida. (Ver Sobreviviente del Agro)


Como pueden ver, se les está diciendo la verdad y aquí les critico su fanatismo por el fútbol, ese mismo que jugué antes pero que ahora aborrezco y me da asco. Colombia tiene otros deportes y le dan importancia solo a uno, ¿para distraer al país? Sí, mientras les roban hasta la prima, y eso querían hacer con la pensión de todos ustedes. Pero sigan tomando Poker mientras ven a Millonarios, Nacional y Santa Fe jugando sus clásicos, sigan llegando borrachos a sus casas mientras sus hijos duermen y le empiezan a gritar a su esposa, como si tuviera la culpa de que su equipo favorito haya perdido el partido.


Toda mi vida he visto esa lamentable situación, pero a ese colombiano promedio que le va a importar el comentario de una persona que le ha dado duro con argumentos a su minúsculo cerebro y sin neurona alguna. Una verdad tan cruda como esta, y ya mencionado la famosa extinción que nos merecemos por nuestra indolencia y por ignorar temas de suma importancia como lo es la alimentación, la educación, la vivienda, la salud, etc. Pero prefieren ir de rumba a tomar cerveza mientras ven a esos jugadores de ese deporte mientras los más vulnerables está en las calles y el resto adoctrinado por unos cuantos que patean una pelota.


Si es de suma importancia dejar ese deporte y no saber nada más porque ya el fútbol para Colombia murió empezando esta pandemia, y siguen creyendo que las cosas con un simple balón y una camiseta tricolor van a mejorar, ¿no es así? Es aquí donde van a empezar a insultarme, a decirme que soy un mentiroso, un resentido y que lo que digo aquí es mentira. Yo aseguro que va a ser así, pero algunos me darán la razón por todo lo dicho anteriormente así se molesten, me llamen indecente y que me señalen de ser un cretino y un amargado. Eso a mí no me importa.


No se sientan mal, sabemos que ustedes eran de esos personajes que en el mundial de Brasil 2014 decían “Era gol de Yepes”. Reconozcan que es así, es el fútbol la mayor arma de distracción masiva en donde a ustedes no solo les dañaron el cerebro, sino que defecaron en su órgano de pensamiento y libre albedrío. Como sociedad ustedes retroceden porque el progreso no lo quieren entender, no lo quieren asimilar, no lo quieren aceptar.


Por el simple hecho de que se les dice la verdad, lo vienen a insultar. ¿Y qué pasó cuando critiquen a la secta de los cristianos estafadores que tanto le alaban con sus diezmos? Ahí sí se quedaron callados porque les dolió esa verdad, y no crean que me van a callar. Tengo un ácido muy fuerte y saben bien que ya lo empecé a usar y el miedo que tienen por ocultar la verdad es muy evidente.


Dicho deporte es más negocio y entretenimiento para sus débiles mentes que no conocen lo que pasa en realidad, y deberían estudiar la historia de Colombia. Pero tantos viejos adoctrinados como jóvenes pretenciosos por llamar la atención con sus estúpidos vídeos de bailes mientras se quitan la camiseta, ustedes saben de que hablo. En fin, es algo que ya no va a servir de nada y los estadios de fútbol se deben convertir en otra cosa.


Duele que sea así, pero esta pandemia demostró lo que es realmente ese deporte y ya más de uno está empezando a echarle flores porque no va a volver. Y si regresa, volverá con menos fuerza y no tendrá el mismo impacto de antes. Eso va a suceder y no lo podrán ocultar, ni Jorge Enrique Vélez ni el Matarife de Álvaro Uribe Vélez. Todos sabemos su plan para que tape todo lo que está ocurriendo en su contra, no servirá de nada. Y puede que quieran romper la cuarentena todas las veces que quiera, en el fondo saben que su vida tomó un rumbo inesperado del cual no sabemos como terminará.


El colombiano promedio deberá dejar de usar camiseta tricolor y empezar a usar el cerebro para cosas más importantes, como la lectura y la música antigua y relajante. Aquí lo clásico es primordial, así que acostumbren su cuerpo a lo que pasará después de la cuarentena.


Su decisión colombianos, a la orden y en su mano. Escoger entre el cambio real o seguir como un cretino viendo como patean un balón mientras le roban de frente.



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