Un término psicológico que pocos conocen y que tiene acobijada al país entero, que solo sabe de guerras, violencia, sangre y odio, de eso se trata el tema a mencionar.
El único país donde dejan pasar de todo lo que ocurre en sus propias tierras, dejan que hagan lo que quieran en este país fallido donde las mentiras de una secta llamada Centro Democrático y de su amiga sectarista que finge ser de izquierda llamado MOIR, que no son más que los obstáculos que hacen que Colombia no avance como sociedad. Pero su mayor problema a causa de 200 años de historia, se llama misantropía.
Hay algunos que no saben el significado de este término, sin embargo, no se cataloga como una enfermedad mental. No consiste en odiar al ser humano como tal, sino en odiar a toda la humanidad en sí, o al menos a ciertos rasgos comunes de su existencia. Y ya que ustedes colombianos, no se dan cuenta del porqué actuamos como sociedad, porque como especie, el manifestar el rechazo hacia el misántropo nos hace reflexionar.
Verán, nuestro odio a lo humano no es nada natural, sino que es expresado como una obra de un pensamiento muy elaborado. Por mi parte, no siento piedad, ni perdón por nadie, ya que a mí me vale poco el sufrimiento humano, no es algo que yo relacione como acto moral, ya que a mí no tiene por qué afectarme en lo personal. Y sí, no tengo sentimiento alguno por las personas que hicieron de mi vida un tormento.
La tortura hacia este país, es evidente gracias a esos colombianos que siguen e idolatran a enano idiota con traumas paternales que ha evadido la justicia por 40 años y que en el año de 1983 perdió a su padre en un enfrentamiento con los narcotraficantes que lograron asesinarlo en la Hacienda Las Guacharacas. Y lo eligieron Presidente de Colombia, y en cuerpo ajeno dos veces, y con ese perfil de inteligencia que tiene Álvaro Uribe Vélez por manipular a todos a su alrededor, ve al colombiano como un ser despreciable y siempre estará por encima de las leyes, del pueblo y siempre estará protegido por los Estados Unidos de América.
Volvamos a lo que está pasando con las decisiones que tomamos cuando la vamos a embarrar, rara vez tomamos una relación, ya sea de amistad o laboral, pero es preferible que como seres humanos nos gusta estar solos, y eso incluye cuanto tenemos tiempo libre. La mayoría del tiempo prefiero estar solo, ya que no puedo mantener una relación laboral, yo me disgusto estando al lado de mi familia y lo peor de todo, es que el año pasado soporté por última las acciones de mi hermano. Un cretino que cree que porque tiene casa, carro y un nieto, tiene el derecho de restregarme eso en la cara, y así hacen los políticos que quieren mantener todo igual para que sigamos siendo esclavos de un capitalismo improvisado y admitir que tenemos un problema como sociedad.
Sé que algunos no respetamos el reglamento internos de las empresas, pero por lástima nos toca aceptarlas. Pero en el fondo, tenemos un código moral y conductual para manejar la situación dada y es el nuestro. No obstante, si nos ponen algún objetivo donde nosotros no le vemos valor alguno, es porque este lo carece totalmente. Y en algún momento de mi vida, he visto gente que menosprecia lo que observa, lo que ve y lo que siente al ver una noticia o al leer un periódico.
El colombiano, es una persona con la doble moral en la boca, en los ojos y en su lenguaje corporal, y se le nota lo misántropo cuando se trata de las desgracias ajenas, ya que no se puede sentir pena por algo así. Ya que en algunos casos se puede ver afectado, eso cuando muere una mascota pero no es así cuando muere un ser humano. No todos mostramos empatía hacia esa persona, pero al verlo en un ataúd decimos “nos libramos de él o de ella”. Niéguenmelo.
Dejemos claro que el cáncer de Colombia es el uribismo, y también dejar claro que ellos no entenderán los espacios participativos porque ven esto como una tortura, por ejemplo, a mí me fastidia esos debates que tiene que ver con el sendero de la mano derecha (Cristianismo). Tal es el caso de varios religiosos interviniendo en la política, que no la dejan avanzar, no la dejan reformar y que todo tiene que estar según la biblia católica. Pobres idiotas.
Ahora, estamos amañados a una corriente de pensamientos negativos, donde hay gente que confunde la misantropía con el pesimismo. Los colombianos hemos perdido la confianza entre nosotros mismos y la población extranjera, y son esos mismos que dicen “Yo no paro, yo produzco.” Ejemplo de esto: Miguel Polo Polo, Natalia Bedoya, Isabella Wills, el mismo partido de gobierno Centro Democrático, los taxistas. Y sí, los taxistas se llevan la peor parte porque ellos, les gusta vivir acomodados y conformes ante la idea de alejarse de la sociedad por su modo de actuar y sus acciones.
Estamos encadenados ante la negatividad de unos medios corruptos, donde muestran lo que sucede en otros países y nos obligan a comer mierda de otro lado para vivir mejor, no nos digamos mentiras. Estamos viviendo en un país fallido donde la oposición es oportunista y populista y los dictadores son la salvación, no somos más que una partida de mediocres indolentes e indiferentes, que no aprendemos de nuestra historia, ya que prefieren verla censurada.
Viven con miedo todo el tiempo, gracias al gobierno dictatorial del Uribe Vélez, viviendo con síndrome de Estocolmo, teniendo ideas pobres y una educación pobre. Eso lo aprendieron nuestros papás al ver como Colombia se convirtió en una fosa común donde los falsos positivos eran el pan de cada día. Más claro para esos idiotas útiles, ustedes tienen razones de peso para generar actitudes negativas, creando sus propias inseguridades o por tener insuficiencias que los rodea diariamente.
Egoísmo, indiferencia, sadismo, necesidad de ver la sangre de otros derramada, que más se les puede pedir a unas personas que ven a unos asesinos como dioses. Tal es el caso de Paloma Valencia Laserna, que ve a su abuelo “El Carnicero de Marquetalia” Guillermo León Valencia como a una deidad, y ve a Uribe como a un dios supremo. Si no, recuerden el cuadro que tiene colgado en su casa. No se puede ser más retrasada mental y misántropa porque no se puede.
Teníamos la oportunidad de no volver a esas prácticas de la guerra y la sangre, pero como tontos eligieron en cuerpo ajeno a Uribe Vélez y su títere Iván Duque Márquez. Un pobre güevón que no sabe dónde está parado desde que lo eligieron senador en el año 2014. Un menso con problemas de elocuencia y el estar encerrado en una burbuja, lo hace alguien indolente y egocéntrico ante la situación que actualmente enfrenta Colombia.
La mayoría de los colombianos aún ven la política como a un problema a debatir, sin saber que ellos al hablar de los temas que conocen de su vida personal, están haciendo esa misma política que tanto aborrecen. Tanto así, que el colombiano promedio no sabe que sufre de este problema, pero por lástima hay que decirlo y aunque se niegue a creerlo, existe la posibilidad de que desarrolle expresiones de ámbitos sumamente diversos y no hablemos de cómo puede ejecutar esas maneras ambiguas y a la vez de como multiplicarlas.
Hay personas que mí me caen mal, lo tengo que soltar de una vez. Y doy ejemplos: la familia de un ex-marido de mi hermana, mis ex-novias (menos la última) pero sí sus madres y familiares, la rectora de un colegio en Santa Librada, la esposa de un ex-rector de un colegio ya extinto en el Lucero Bajo, un profesor de danzas, uno de ciencias, uno de educación física que de mala gana me partió el dedo índice la de mano izquierda, algunos ex-compañeros de bachillerato, y lo peor de todo es que cada uno de ellos despreció mi intelecto, y ellos siempre se han creído superiores.
Y aun ellos en la actualidad me siguen cayendo mal, por más que estén alejados de mí, el daño que me hicieron no se borrará de sus vidas así como así. Crearon un monstruo y ese monstruo quiere venganza, así haya otros se quieran interponer en mi camino para conseguirlo y puede sonar sádico pero prefiero verlos encerrados en una cárcel rodeados de personas que han hecho peores cosas que los que han hecho ellos. Sin embargo, eso ocurrirá cuando vayan al averno a rendir cuentas por sus acciones.
Para terminar esto, estamos a pocos días de que el egocéntrico, dendrófobo y arrogante más grande que ha parido una mujer colombiana en la capital de los Estados Unidos y que los bogotanos por las mentiras que salió de su boca de cementista se vaya de la Alcaldía de Bogotá. Así es, hablo de Enrique Peñalosa Londoño, ese personaje con 65 años de edad y con la mentalidad de un niño de 3 años (palabras del señor Germán Navas Talero), es que este personaje también demuestra los síntomas de la misantropía, su odio hacia los animales, los árboles y hacia las personas de escasos recursos lo han llevado a un nuevo nivel donde prefiere aislar a su mamá en un conjunto para ella sola vivir su vida y cuando sale corriendo de un debate, mostrando su cobardía y al sentirse acorralado por las verdades de sus opositores, se rodea de policías y después de eso, se esconde debajo de la falda de su actual pareja, la señora María Victoria Ángulo y al final le da quejas a Cecilia Londoño de Peñalosa, estando ella en Calatrava. Debieron dejar los godos de este país revocarlo, pero no quisieron permitirlo porque en el Consejo Nacional Electoral hicieron de todo para dilatar el proceso debido a su baja popularidad.
Además, después de que Peñalosa deje el cargo con sus nefastas decisiones, se tendrá que esconder muy bien, porque no quiere tener ante sus ojos a las personas que durante veinte años hemos soportado su pésimo sistema de transporte “masivo”. En otras palabras, no podrá evadir a sus demonios internos, y tendrá que hacerles frente, si es que tiene la hombría para hacer eso. Conociéndolo, sale huyendo despavorido, pero será atrapado algún día por los que pensamos diferente a él.
Y uno se pregunta, ¿Qué clase de hijo de perra hay que decir que la muerte de un líder social le arruinó las vacaciones al Ministro de Defensa? ¿Qué tan pendejo hay que ser para que sigan escuchando a Julio Sánchez Cristo? El uno que tiene un padre que conoció a Pablo Escobar, y el otro que es un calvo que tuvo la osadía de llamarme extremista y eso es algo imperdonable. Así de simple digo las cosas. Ya sabiendo todo esto, ¿van a cambiar esa forma de ser? O seguirán siendo los mismos bastardos conformistas de siempre.
Es su elección, su decisión, y aquí no hay que celebrar nada. Y no falta, el que me llame mentiroso. Conozco bien sus intenciones de negar la verdad que el país afronta.
