A esta activista del uribismo se le cayó la máscara luego de que se expusiera sus nexos con el narcotraficante, pero lo que más le duele a ella es que le digan que no tiene la razón y ataquen su enorme ego.
Hablé de ella en la primera parte de “Las Escorias del Periodismo”, pero no significó que no fuera personalmente de esta pseudoperiodista. Y sí, llegó el momento de desempolvar algunas cosas para decirle a la señora Victoria Eugenia Dávila Hoyos, o “Vicky” para los amigos. Su ahora lengua viperina ha hecho estragos y su cerebro es ahora una bolsa de estiércol teniendo en ella el logo del sectario centro democrático; sin embargo, ya aún no podemos dar por terminada la humillación que ha recibido durante toda su vida.
Comencemos con esa “columna” en donde ella señala a varios twitteros que no creen en sus palabras ni en sus argumentos, apodándolos como “La Banda del Pajarito”. En donde según ella, dice estar alarmada, que nosotros usamos como combustible el odio, que buscamos la muerte moral de sus víctimas y nos llama sicarios. Pero dicen que nos sigan engrandeciendo, que nos vamos a convertir en un monstruo de siete cabezas luego de que pasemos a ser unos sicarios virtuales.
Técnicamente, esta mujer esta enferma tal y como lo afirma el compañero Beto Coral luego de criticar sus cuatro “artículos” en donde hablan solamente del presidiario Álvaro Uribe Vélez. No obstante, el día en que se metieron con sus hijos llamó que varios de sus compañeros periodistas y pseudoperiodistas como lo es María Andrea Nieto para que se solidarizaran; pero, siempre había otra cara de la moneda cuando hace su papel de víctima cuando en realidad es la villana, la mala del paseo, la persona que le gusta perfilar a sus enemigos.
No creo que ningún psicólogo en el país logren dar un dictamen de que problema mental sufre Victoria Eugenia después de dejar Noticias RCN y ser despedida por La FM. Sí, su culpa, su trauma ha sido desde ese entonces Juan Manuel Santos Calderón, porque como ella lo ve como el culpable, el traidor, la persona que le dio el país a las FARC, y esto último es algo que nunca ha sido cierto, pero Dávila duerme con ese trauma todo el tiempo. Pero ese audio en el que usted sale, dice que ellos sabían acerca de los negocios y el laboratorio de cocaína que el ex-embajador de Colombia en Uruguay, Fernando Sanclemente Alzate, que renunció después de que allanaran su finca. ¿No es cierto? Lo de dejar el micrófono abierto no es estar chuzada. ¿Eres retrasada, le hace falta crank para subsistir y seguir encerrada en tu burbuja?
No vamos a olvidar los nexos que tienes con tu suegro Lucas Gnecco, el paramilitar que fue condenado por corrupción, ese mismo que usted escoge al guardar silencio porque prefieres atacar a tus enemigos, los que queremos paz en Colombia, los que queremos progresar, los que queremos una educación digna. Pero la verdad es lo que más te duele porque tu gran ego no se puede ser cuestionado y crees ser una gran “periodista” cuando en realidad eres una descarada animal con síntomas de guerra y paramilitarismo.
Victoria, ¿por qué no explicas los nexos que usted tiene con Luis Horacio Escobar Saldarriaga, alias el Pulpo Invisible? Usted no es periodista, usted es una activista y una buitre que gusta de la carroña al haber escrito que si Uribe iba preso, la violencia se va a intensificar. Usted ya sabía de las masacres que han estado ocurriendo en el país, porque tu suegro es un paramilitar, porque usted mandó a chuzar a muchos colombianos y sin permiso de ellos enviaste una columna en defensa de tu presidente eterno Álvaro Uribe Vélez.
Te hemos preguntado por Twitter donde serán las masacres, pero no es capaz de responder a esa pregunta por miedo a admitir los nexos que tiene con el jefe de las Águilas Negras. Me parece tenaz que no seas alguien que de la cara y que no puedas ocultar la maldad que posees; no puedes aceptar que eres una asesina y los has sido siempre desde que Uribe Vélez eliminó la tarjeta profesional para los periodistas, por eso eres parte de esta dictadura, haces parte de las masacres que han ocurrido en el país, has sido parte de una gran mentira que ha sido dicha durante casi veinte años y no puedes disimular tener las manos y tus micrófonos manchados de sangre.
Pero en esta pandemia te decimos que somos tus opositores, que acabaremos contigo, con tu veneno, con tu activismo. Porque no quieres ser parte de un pasado fascista como lo ha sido siempre el uribismo, una técnica parecida y a la vez peor que el nazismo durante la segunda guerra mundial. No es suficiente bloquearte en las redes sociales, no es suficiente que nos metamos personalmente con lo que más quieres, si no lo ideal es verte sufrir en una cárcel porque todo el país sabe que vas a perder todo lo que has construido y que en cualquier momento pueden llegar miembros de los carteles mexicanos a tu puerta, puede que pase eso.
Y quien sabe si la justicia internacional te arreste y te saque del país por ser una criminal con micrófono que usó su “profesión” para convertirse en la escudera del uribismo. Usted no quiere entender que su tiempo de gloria terminó, y que Anonymous te ha preparado y te preparará varias sorpresas para ti Victoria Eugenia. ¿Ahora piensas que con una suscripción de mil miserables pesos te harán caso? La cocaína que usted aspira cada vez que va a escribir una “columna” es cada vez más fuerte y estamos seguros de que hasta le hace sangrar la nariz.
Es tanto tu descaro, tu falta de valor, tu obvia cobardía por tener la razón si amenazas a influencers, así como hizo con Don Izquierdo. ¿No es así? Y él, después de sacar esa columna donde hace un contraataque a su columna señor Victoria Eugenia, pero preferiste enviar a tus amigos paramilitares a amenazarlo por la red social Twitter, ¿cierto? Conociendo tus descaradas excusas, dirás que es mentira y te niegas a que te digan la verdad. Vas a llorar al tentáculo de Luis Horacio para que tu presidente eterno de la orden de perfilarnos.
Terminaste de arruinar una revista pasquín Victoria, con su amiga la franco-uribista Salud Hernández Mora, alias “Enfermedad”, Luis Carlos Vélez, alias “Yerno de los Char” y lograste que le dieran la espalda a verdaderos columnistas y periodistas para que ustedes fueran la cara de una editorial que se rebajó a tener suscripciones de un valor de lo que cuesta una bolsa de pan rollo, mil pesos. Ustedes no pudieron haber caído tan bajo para hacer ese tipo de afirmaciones. Te cuesta entenderlo, y te crees una adalid de la buena moral pero nadie cree en sus palabras.
Sé lo desesperada que estás, eres alguien que tiene manchadas sus manos con sangre, porque ya tu equipo “periodístico” pasó de ser un micrófono a un AK-47, ¿verdad? No puedes ocultar lo que realmente pasa en Colombia, crees que tus pautas te lograrán levantar la poca audiencia que tienes todos los días con tus cuatro amiguitos junto al caricaturista Matador, que ha sido un dolor de cabeza para usted, Victoria Eugenia; ni tampoco puedes contraatacar sus argumentos porque siempre usted queda con la boca cerrada.
Se amarga la vida con alguien que no estará de acuerdo con usted, con sus amplios antecedentes que todo el mundo conoce, señora activista; no va a lograr que sus mentiras y amenazas tengan un impacto de marketing. ¿En verdad creyó qué no nos daríamos cuenta de tu estrategia? Te hacen falta suficiente cargamento de cocaína para poder llamar la atención de los colombianos, y aplaudes con un cinismo descarado del cual no puedes evadir pero tampoco lo quieres ocultar.
Todos los días te levantas preguntándote como convencer a los colombianos a que te crean, si eres una ladrona y una miserable buitre que solo busca la carroña de noticias donde hablan mal de Uribe. Usted cree que inventando falsas acusaciones contra tus opositores vas a lograr tu cometido, tú crees que usando tus redes puedes llamarnos vándalos, bobos y mantenidos cuando usted conoce a muchos de ellos de su círculo político que tiene esas tres facultades entre ellos Federico Gutiérrez, Juan Carlos Pinzón Bueno y Sergio Fajardo.
No aceptas la realidad, no quieres hacerlo. Sabes perfectamente que vas a perder tus posesiones y te lo repito aquí Victoria Eugenia, te enfrentarás a fuerzas que no vas a poder contener, te atreves a evadir tu destino y estás convencida de que te mantendrás en el periodismo para siempre. ¿Por qué no quieres entrevistar a tu amigo Luis Horacio? ¿Te da miedo hacerlo? Se te nota en la mirada, porque pierdes tus privilegios, y prefieres mantenerlos para ti y tu familia de narcotraficantes y paramilitares.
Tu estado actual es muy evidente, Colombia te empieza a sacar de sus mentes y se empiezan a informar mejor, porque usted ya quedó tachada como a una vil mentirosa, rastrera y miserable personaje que solo sirve fines políticos y personales. ¿No lo quieres entender? Porque te vale cinco pesos las críticas a tu ego y no eres más que una pusilánime escribiendo mentiras y tonterías, donde más que todo defiendes a un enano narcotraficante. Entonces siendo ya libre los sigues defendiendo pero usted no ve más allá de los hechos porque a usted no le conectan las neuronas, debido a que usted no posee un cerebro humano.
Ahora te hago la siguiente pregunta Victoria Eugenia: ¿cuándo piensas escapar del país luego de que tu amigo el Pulpo Invisible sea arrestado por la DEA? No respondes a esa pregunta porque eres una persona carente de valor, de ética y he visto tu futuro. Vas a pagar caro con tu vida estando encerrada en una cárcel, tus amigos también irán al mismo destino y no puedes cambiar los hechos y las pruebas están en tu contra. Recuerda también que eres blanco de los norteamericanos y de los rusos, ellos deben saber de tu existencia y no van a dudar en encontrarte.
Te metes con Daniel Mendoza porque te quiero la verdad en la cara y con el cinismo que posees, aplaudes y lo admites. Con esa estupidez te ganaste un golpe en la garganta para que cierres esa venenosa boca que tienes, pero me infectaría con tus malas energías y lo sabes. Estás rodeada de sangre, hay fantasmas de personas asesinadas a las que usted perfiló, diste la orden y gustas primero por atacar y después te haces la víctima. Sé también que has oído hablar de mí y te crees invencible, me odias y quieres verme muerto junto a tus enemigos más grandes. ¿No es así?
Su periodismo ahora huele a cadáveres muertos, huele fascismo, a dictadura, a manipulación y a cocaína. Tanto, que haces berrinches y pataletas para llamar la atención, como hiciste con el tema de tus hijos. No eres nada, ni eres una periodista profesional, eres cómplice de lo que sucede en Colombia y no te das cuenta del daño que haces, porque con el escaneo que hizo el uribismo, tú saliste positiva porque haces parte de esa gran cadena de corrupción y represión. Aparte de sufrir aporofobia, te da asco hablar sobre la Minga indígena y en tus programas los estigmatizas como criminales. Para su información, ellos sí tienen memoria.
En poco tiempo tú no valdrás nada, serás una miserable vaga y una limosnera, de eso no tengo duda. Voy a ser tan duro e impiadoso con usted que hasta su apartamento va a perder, se niega a salir de esa burbuja que armó con amiga María Andrea Nieto, otra escoria del periodismo que debí haber metido ahí, pero me desquitaré con ella después luego de que fracasara como cabeza de lista al Concejo por el partido de Vargas Lleras, Cambio Radical. Sí, y es lo que haré en un futuro no muy lejano, hacerle saber que seguiré siendo un dolor de cabeza para ella y que no me quedaré callado.
La balanza está en tú contra, y no sabes que hacer; pero no quieres vestir como una rea o una presidiaria. Perder tus lujos ni tu amistad con el Pulpo, esa asociación entre animales que ustedes dos tienen se va a romper y no volverán a verse las caras ni mucho menos a hablarse. Todo está acordado al plan, promueves la guerra, le temes a la paz, tu obsesión con Santos es demencial. Pero, ¿sabes qué es peor? El fingir ser una activista que una periodista la llevarán muy pronto a la cárcel, pero conociéndola, saldrás huyendo de la verdad a exiliarte. Tu eres famosa por encubrir a delincuentes y un animal de cuatro patas con buen olfato y colmillos te tiene en la mira (un oso).
Se ejecutará y se cumplirá la palabra de la justicia real.
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