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Foto del escritorEl Dragón Negro

LA "GENTE DE BIEN" DE INDOLENTES Y ADICTOS

Recientemente hemos conocido a varios sujetos que usan aspectos que los caracterizan de los demás. ¿Qué los hace especiales para odiar tanto al pueblo colombiano?


Un grupo de personajes defensores del narcotráfico, son responsables de que las personas que pensamos diferente a ellos, nos tengan en la mira un gobierno que solo piensa en ver al vecino, defender los negocios de la droga, limpiar la imagen de los militares que tanto alaban con su aullido llamado ¡Ajúa! Estos personajes se hacen llamar “gente de bien”, un sector de la secta uribista que quiere negarse al verdadero cambio que los jóvenes y adultos del país quiere, para destruir y eliminar la dictadura que se ha vivido aquí por veinte años en Colombia.


Portan armas de fuego en sus cinturas, cargan cadenas de oro falso, conducen camionetas Toyota de color blanco y son traficantes de drogas. Esos mismos que tienen el respaldo del Estado, con el fin de ayudar a reprimir a las personas que protestan en las calles, disparando junto a los asesinos de la Policía Paramilitar de Colombia. Este es el caso del impune paramilitar originario de Cali de nombre, Rafael Andrés Escobar González. Un personaje que salió a disparar a diestra y siniestra y de la que hoy goza de su libertad impunemente. Y se le ha visto publicando vídeos con una camiseta que dice: "Petro Es Hambre", pero la Fiscalía le imputo cargos por los actos ocurridos durante el Paro Nacional.


Ese mismo personaje que se hace llamar "activista", pero no es más que un paramilitar que le encanta salir en vídeos con armas de fuego disfrazándolos de "fogueo". Personajes como él, son los culpables de muchos heridos y muertos por la misma Policía que ha sido causante de los saboteos de las manifestaciones, y que prefieren vivir rezando dentro de sus instituciones, y afuera reprimir con sus bastones, escopetas y tanquetas a quienes destruyeron las lavadoras de narcotráfico durante las pasadas protestas. Son personas con una mente tan podrida que aborrecen la educación, los libros, el conocimiento, la vida, los animales, la naturaleza entre otras cosas.

Tanto consumo de cocaína y creer en el discurso de la “Seguridad Democrática” del expresidiario, expresidente y exsenador Álvaro Uribe Vélez, sin desconocer que él modificó la Constitución Política de Colombia para hacerla a su antojo, volver ricos a sus hijos y reelegirse eternamente. Con razón estos impedidos mentales del narcotráfico lo siguen llamando “presidente”. Tanta es la desdicha de estos idiotas indolentes por defender un estilo de vida decadente gracias a la pandemia, que ni se dan cuenta que los cargamentos de droga que tanto ayudan a exportar de los puertos marítimos y aeropuertos del país, son decomisados por agencias internacionales (No la CIA ni la DEA).

¿Qué harán cuando las drogas sean legalizadas y sus negocios impuestos en la ilegalidad? Huir a otro país donde ya conocen que clase de país es Colombia no creo que sea una buena idea. Estos personajes que protestan en contra de la “paz de Santos”, las extintas FARC, que se creen gente provida, son aquellos que odian dicha vida y prefieren defender su hedionda y pordiosera dignidad que han sembrado base de intimidación, cocaína y sangre. Todo eso mientras ellos tosen esos elementos, y eso incluye el soplar tarros de keratina. ¿Verdad? Bueno, las cosas son como son.

Por ende, los uribistas con esa característica prefieren dispararle en la cabeza, antes que debatir con argumentos. Son cobardes por naturaleza, no tienen nada de cerebro porque lo que tienen por dentro de su cabeza es sin duda, una bolsa de heroína pura, como los que exportaba como mula el hermano de Marta Lucía Ramírez. Detestan la agricultura como tal y odian a los campesinos, apoyando el despojo de tierras de la hoy quemada María Fernanda Cabal Molina (Véase LA VACA SAGRADA DE LA CORRUPCIÓN). Y son los mismos que comparan las palabras comprar con expropiar. Son una manada de pendejos.

Estos eunucos e impedidos mentales son los que piden a sangre y bala, que el país siga para siempre sumido en el narcotráfico. Que nuestros hijos sean igual de traquetos a ellos y quieren convertirlo en obligación, ley y solicitud de empleo. Pero hoy en día, eso ya es otro tema aparte, debido a que los golpes que han recibido estos adictos y sus negocios, los han hecho perder la cabeza. Es más, el miedo de ellos que muchos ya sabemos, es que no les gusta ensuciarse las manos de tierra para sembrar su propia comida. Los mismos personajes que hacen parte de la llamada Oficina de Envigado, ese mismo que le ayudó a James Rodríguez a ser lo que es hoy en día, un bobo bueno para nada fingiendo ser un jugador de fútbol.

Soldados con lavado de cerebro cargando una biblia en sus mochilas mientras cargan un fusil buscando a quien matar en el monte, traumados psicológicamente por los horrores de la guerra que tanto han defendido. Ellos también hacen parte de la “gente de bien”, debido a las características mencionadas. No obstante, observamos como ellos no son nada sin sus dólares y sin la droga que tanto los calma para así callar ante las verdades de la JEP. ¿Por cuánto tiempo les durará la impunidad? No creo que les quede mucho tiempo.

Y ahora estos miserables lloraron la partida de su colega "ganadero", o mejor dicho paramilitar y narcotraficante, Luis Horacio Escobar Saldarriaga "El Pulpo Invisible" (de él hablaré próximamente), quien dicen las malas lenguas, confesaría cosas que perjudicarían a su primo Álvaro Uribe Vélez. Asesinado el pasado 12 de octubre, sí; pero, ¿Quién dio la orden? Todos ya conocemos esa respuesta a esa pregunta, y los socios uribistas están perdiendo todo a su paso, tal y como se ha dicho desde principios del 2020, y son tan cerrados de cabeza que al final, no quisieron hacer caso. Ahora están viendo las consecuencias de sus actos.

El miedo de pensar diferente es algo que, a esos colombianos con sed de sangre, sociopáticos, vengativos, alérgicos a la educación, son esos mismos que detestan que un psicólogo los examine. Pero estos mismos en medio de un debate que ellos mismos se inventan, cuando se les expone pruebas y argumentos reales, sale huyendo del lugar a buscar su arma de fuego para así dispararle, silenciarlo y esa persona tener la razón y no su adversario. Son tan predecibles que, si estuvieran con un artista marcial que enseñe defensa personal, fácilmente serían desarmados.

Una muestra de esto, es cuando esa secta salió el pasado 4 de agosto de 2020 en protesta por ver como su “mesías” el hoy expresidiario Uribe Vélez fue cobijado con detención domiciliaria por parte de la Corte Suprema de Justicia, y temen verlo irse en un vuelo sin regreso a La Haya; lugar donde está la sede de la Corte Penal Internacional. Los uribistas están asustados, podridos por dentro, y desde sus bodegas queriendo imponer al que ese llamado Matarife diga para las elecciones de 2022, sabiendo a ciencia cierta que ya perdió el poder junto a sus amigos y los tibios.

Cerebros apagados, neuronas inundadas de mentiras y repitiendo todo a su paso. Creyéndose malos con sus objetos que los hacen unos traquetos inservibles ante la sociedad y ante la nueva era. Muchos creen que, si se van a Miami, los negocios con esa droga seguirán fluyendo y así pagarán sus deudas. ¡Error! No saben ni la mitad de lo que está sucediendo en Estados Unidos, y la apertura que le dieron al Bitcoin hace más de un mes. Sumidos económicamente ante un dólar en decadencia que no se va a recuperar, ya que no tiene la nariz empolvada.

¿En serio creen que su hegemonía seguirá vigente en esta pandemia que no ha terminado? Esos mismos que critican a rusos, chinos, cubanos y venezolanos con sus teorías de conspiración y terminan metiendo al señor Petro en sus delirios, gracias a tanta cocaína aspirada y haciendo desastres en su sistema nervioso. Pueden llorar por este tipo de comentarios y alzar su voz con tendencias carentes de sentido, ustedes al final son un chiste y no tienen ningún centímetro de respeto por la humanidad. Como ese día que salieron a marchar en contra de la paz en 2016, alabaron las palabras de Fernando Londoño, y uno de esos personajes que usan sombrero paisa que quedó inmortalizado en la siguiente frase:

“Plomo es lo que hay, y bala lo que viene. ¡Malditos terroristas!”

Sí. El típico comentario mientras da un debate para querer hacer un intento de intimidación del cual, no saben dar una respuesta real ni contundente. Seres mononeuronales, que creen saber todo, que se creen expertos y que conocen la “realidad” de lo que sucede en Colombia, cuando ni ustedes mismos pueden armar un rompecabezas y quitarse esas camándulas religiosas que cargan en sus corruptos y hediondos cuerpos. Sé que van a llegarme mensajes con “amenazas de muerte”, demandas, calumnias, insultos, entre otros. No saben decir nada más, porque hasta les da asco coger un diccionario y aprender nuevas palabras.

Tanto es el desespero de ustedes “gente de bien” por hacerse notar, y en Ciudad Jardín en la ciudad de Cali, son los que más destacan porque salieron con sus armas traumáticas y automáticas a atacar a los jóvenes de la Primera Línea para derramar sangre, recolectarla y así consumirla con su apreciada cocaína. Hasta homófobos y reprimidos sexuales (como Pastrana) serán cuando ven a miembros de la comunidad LGTBIQ haciendo sus desfiles y lanzan sus insultos. Y creen qué con golpes, machetazos, cortan con un cuchillo la bandera y "conversiones religiosas", van a poder cambiar a sus hijos. ¿Cierto Luis Emilio?

No dejan hacer nada ni dejan vivir. ¿Cierto?

Esta sociedad con un alma tan negra y enraizada en el narcotráfico, que no quiere dejar ese negocio por las buenas. Sabemos que harán lo necesario por mantenerlo eternamente, pero se les olvida que las mafias internacionales de las que son clientes de estos narcos colombianos, los están cazando en este momento para obtener su paga. Una venganza perfecta sería que ellos, fueran por los más vulnerables de esos narcotraficantes pequeños que hacen parte de la “gente de bien”, y así hacerlos sufrir. Puede que pase, puede que no.

El caso aquí, es que sería que estos personajes finjan ser algo que no son. Por ejemplo: “Activistas políticos”.

El caso del paramilitar Rafael Andrés Escobar el vivir en impunidad y protegido por la nefasta Fiscalía, ejerce ese cargo que se puso él y fue a una reunión para darle apoyo a la quemada campaña de su amiga Cabal en Cali el mes pasado. Sin embargo, el mismo personaje que habla como traqueto, falta de educación y memoria, cree sentirse alguien superior a los demás por el simple hecho de tener una o dos armas de fuego en su casa, y presumiendo de sus lujos en la chuzada red social Instagram mientras el pueblo es reprimido por asesinos como él.

Y desde Twitter perfilando a jóvenes que fueron al evento del señor Petro en la ciudad de Barranquilla, llamándolos “neocomunistas”. Rafael Andrés cree que inventando palabras similares a las que ha inventado sus amigos uribistas, ya cree que con eso ganó respeto y va a poder intimidar a sus enemigos. El miedo de ser educado, decente y dejar el estigma indolente y paramilitar que ha dejado Álvaro Uribe Vélez desde el año 2002, y esto es el principio del fin para esos adictos. Por algo se molestan cuando se les dice que deben profesionalizar a los policías y a los militares. ¿No es así?

Pistoleros traumados con un adoctrinamiento en vías de extinguirse por una juventud que acabará sus gustos personales. Una sociedad que odia los cambios, ellos defienden una ignorancia, el arribismo y una sed de plomo de unas balas ya disparadas. En cuestión de tiempo, todo eso va a desaparecer, quedando escrito y a la vez tachados en los libros de historia que los descendientes de esta sociedad leerán en un futuro y tomen la vergüenza que estos indolentes y fanatismo paramilitar no pudieron hacer en vida.

Esos mismos que atacan a los opositores de su “presidente” Duque, son esos mismos que no tienen pantalones para enfrentar el daño que han hecho ante los estrados judiciales y, si van allá, es para decir que son “víctimas inocentes y perseguidos” como cierto enano senil y viejo con traumas paternales. La dictadura uribista y estos personajes caerán, los militares cuentan todos los horrores que han hecho ante la JEP, y habrá más universidades y colegios, y menos iglesias. Sé que va a ser así, y nada va a detener dicho cambio para el país.

Son estos que tienen amigos religiosos que dicen llamarse cristianos y cargan en su maleta por mucho un kilo de heroína pura mientras están “predicando”, junto a sus feligreses que tienen un serio problema de manipulación mental. Llorones por dentro, “malos” por fuera y afirman ser “buenas personas”; sin fundamento alguno, el país poco a poco va cambiando y se van desapareciendo los estragos de unos egoístas y miserables hombres y mujeres que en la vida han tenido respeto ni credibilidad.

Viviendo de la ilegalidad y protegidos por el Estado, piensan que nadie los va a tocar. Eso piensan ellos, pero la realidad aquí es que, son tanto las debilidades mentales que se puede arreglar mediante una reforma. Algunos de ustedes ya han oído de ese proyecto, y el uribismo se niega a ser sometido voluntariamente ahí. Por lo tanto, no les quedará otro remedio que ver venir lo que tanto temen. Dejar el dólar, las armas, la droga y el adoctrinamiento paramilitar y religioso en el que han vivido. Y al final de este año se enfrentarán a la justicia, irán a juicio y responderán por los disparos que ejecutaron.

Inevitable para ellos saber que las cosas tomarán otro rumbo en el futuro y en esta nueva era no son bienvenidos esas prácticas.

Deben decidir entre la vida o la muerte.


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1 Comment


Manuel Polo
Manuel Polo
Dec 09, 2021

Andrés Escobar cree que está por por encima de la ley.

Pero a todo marrano le llega su 🌃 noche buena.

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