LA OBSESIÓN SOCIOPÁTICA DE MÓNICA GODOY: LA TERRORISTA DE REDES CON PAÑOLETA
- El Dragón Negro
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La primera parte fue tan impactante que dio en el clavo. Expusimos su modus operandi y sigue traumada porque no puede detener a alguien a quien no puede tocar, ni teniendo una información que hasta puede llegar a ser falsa. Solo sus perros falderos creen en sus delirios.
Previamente en… LA PAÑOLETA DE LA INQUISICIÓN MODERNA.
Han pasado dos años desde que el tajo metafórico de la katana salió a la luz y no ha parado de dejar secuelas y estragos mentales hacia las feministas radicales. Desde que en su momento fue expuesta la señora Mónica Godoy Ferro, su salud mental actualmente no es muy buena que digamos, y eso que no soy psicólogo para analizar con profundidad la clase de persona en la que se ha convertido. Ha estado viviendo en una cacería inútil por detener a algo que no puede tocar y a alguien que no puede doblegar por el simple hecho de que haya sido engañada y manipulada por una contratista del Estado que tiene OnlyFans y que le haya pasado presuntos datos sobre mí.
Lo que pasa es que Godoy cree que con eso tiene ganada esa “pelea” y lo ha convertido en una obsesión que lleva a la sociopatía. Como todos deben saber, algunos me han dado la espalda por las cosas que he dicho en mis anteriores columnas, pero tampoco les pedí unirse a mi propia causa que empecé a ejecutar desde principios de 2023. Yo ya tenía claro lo que quería hacer, por voluntad propia y sin ayuda de nadie que esté apoyando esto. Expuse y descubrí por mis propios méritos la clase de persona que es esta señora que insiste en que el feminismo que ha promovido es el que debe tomar el país, pero siempre hay un lado oscuro en todo esto. Mónica actualmente tiene la mente fragmentada, por más que se vaya a reír de lo que lee aquí, porque vive obsesionada tanto conmigo como con el señor Hollman Morris, con quien actualmente ya no tengo relación alguna desde el año 2020, pero eso a ella no le importa aceptarlo, ya que hace dos años me hizo un favor de darme la espalda con lo que hice, porque era obvio que algo así pasaría.
Una simple verdad para alguien que sigue creyendo en fantasías baratas: que tengo procesos penales sin mostrar los números únicos para criminales y me tacha de uno sin presentar pruebas. Sus perros falderos, los aliades, no saben o no ven más allá de su estupidez y solo obedecen a lo que ella les dice con tal de conseguir validación. Eso fue lo que le dolió al mayor de sus aliades de nombre Arturo, conocido también como “Grafikaante”. Ese mismo al que le dieron el susto de su vida en la ciudad de Cali. Otros personajes que repiten ese mismo discurso sociopático de Godoy no salen de su argumento de que soy un acosador de mujeres sin presentar esas pruebas de tales acusaciones, porque son solo falacias ad hominem. ¿No es así, lacayo Thanatos?
Todos los días vive pendiente de lo que hago y escarba el pasado de alguien que no puede tocar físicamente, porque le gusta vivir escondida detrás de sus guardaespaldas con pañoleta, y se comporta no solo como una paramilitar en potencia, sino como una feminazi que le gusta acosar personas y vive esa tendencia de ser una terrorista digital. Y me echa a mí en cara todo eso, porque no soy relevante de forma individual, ya que también ha vivido de forma obsesiva cuando menciona a La Trinidad. ¿No es verdad, Mónica? No soy yo quien vive obsesionado con usted. Al contrario, es usted la que vive obsesionada conmigo y quiere convencerse de que una cárcel va a resolver las cosas. Eso ya no funciona así, pero tampoco le importa a usted la presunción de inocencia y quiere ver a Colombia convertida en otra España. ¿Cierto? En otras palabras, está muy enferma de la cabeza y busca lo que no se le ha perdido de forma desesperante.
Ante todo esto, oculta y niega las denuncias que Davivienda le puso a usted en los juzgados 48 y 78 de Bogotá, y usted contesta que es un asunto de dinero. ¿Se ofendió cuando publiqué esos pantallazos? Usted misma se lo buscó, Mónica, porque cuando alguien está quieto, se debe dejar quieto y eso a usted le incomoda para no comprometer su agenda personal. Se muestra desafiante en redes sociales porque todos los días cae en el mismo juego de la manipulación (y gracias por las clases, por cierto), pero no soporta que alguien más haya perfeccionado su estilo de persuadir a los demás con tal de conseguir lo que quiere. Usted ayudó a que mejorara como antihéroe político y eso en el fondo eso le molesta. Como le dije antes, puede mostrar sus burlas a través de sus comentarios donde me sigue tachando de “incel” y “loco”, pero al final las cosas siempre han resultado a mi favor. Porque le duele en su psique que alguien más sea mejor en lo que sabe hacer.
Entonces. ¿De qué trata ese compromiso que le firmó la “contratista de OnlyFans” Laura Martínez? Un documento donde quiere ver tras las rejas a esos falsos acosadores de mujeres y que su reputación sea denigrada hasta que no les quede nada de respeto. Le hago la siguiente pregunta: ¿Hasta el momento eso le ha funcionado? Porque en ese foro en el que participó hace unos meses en Bogotá, solo fue para buscar un poco más de validación y sigue con el juego de lavarle la cabeza tanto a sus estudiantes como a esos hombres débiles y necesitados que quieren comportarse como perros falderos de ese feminismo radical que hoy en día está en decadencia. No lo quiere admitir, pero es lo que he visto en usted durante dos años. Me critica y se ríe de mí por ser diferente, y le contesto a usted con una burla pequeña porque es igual a todos esos ignorantes que no tienen ese conocimiento histórico que tanto temen leer. Y esa pelea de gatas que hubo en Twitter, ¿en qué habrá terminado cuando fueron citadas en la Casa de Justicia de la localidad de Los Mártires?
Ahora. Usted en Twitter manifestó que la señora Carmen Anachury Díaz le “entregó” presuntamente datos personales sobre esa persona con la cual me compara, pero ella la mencionó diciéndole que a usted no la conoce y que le mostrara algún documento donde certifique eso. No tiene cómo probar lo que dijo ahí porque es una mentirosa y una víbora que se muestra desesperada. También se puso de chistosa a decir que tengo nexos con la Embajada de Rusia por el simple hecho de que estoy aprendiendo su idioma. Le hago la siguiente pregunta: ¿La Cancillería y la Embajada de Rusia ya la citaron para que mostrara pruebas de lo que dijo sobre mí? O es otra mentira que inventó Mónica Godoy para ser relevante, porque siempre se ha escondido en esa tendencia para destruir a sus enemigos. Por algo le dije que hay 3.016.697.746 razones para que ellos la citen y demuestren que yo tengo nexos con esa Embajada. Pero prefiere usar calumnias e injurias, demostrando que es una perdedora ante los ojos de la sociedad colombiana que ya no cree sus mentiras.
Como le dije a la suripanta de OnlyFans anteriormente, no tengo necesidad de ir a la Fiscalía corrupta a denunciarla por todo lo que ha hecho, ya que yo soy mi propia justicia y en cualquier momento puedo ir por usted, confrontarla y dejarle en claro que no todo el mundo va a tolerar su hipocresía y su falta de dignidad a la hora de buscar victimizarse. Su obsesión tiene un hedor a convertirlo en sociopatía mientras finge que todos a los que confronta son como yo. ¿No es así? Ya hasta cree que chantajeando con que vaya a esa Fiscalía a decir que he “cometido” crímenes y que si hago eso, va a hablar con sus amigas para convencerlas de que retiren esos cargos en mi contra. No ha sido capaz de mostrar los números de criminalidad y creyó que podía engañarme con eso. ¿No se le pudo haber ocurrido algo mejor, Godoy? Usted no tiene nada en mi contra y lo sabe, porque hasta el día de hoy se ha convertido en una persona irrelevante para todos, porque su forma de hacer feminismo ha ganado más enemigos que aliados.
Por otro lado, si ha dicho antes que tiene un ejército de feministas organizadas, bots y trolls en redes sociales, ¿por qué no han dado con mi paradero actual? Otra mentira más de una falsa feminista que engaña a las mujeres para que odien a los hombres. Se sintió frustrada cuando él la dejó en 2013, por más que saliera de ahí una relación sexual consensuada y que de ahí lo maltratara hasta dejarlo traumado. ¿Eso fue lo que pasó en realidad? Se le nota hasta lo arraigada y mentirosa que es a la hora de exponer cosas que solo usted y sus amigas las feministas radicales dicen entre todas: “Yo te creo, hermana”. A usted le molesta que haya una gran resistencia y no tolera que un hombre la haya expuesto hace dos años, porque tampoco puede siquiera ir a buscarlo. Sus términos nunca me afectaron, ni mucho menos sus amenazas, donde sigue insistiendo en que tengo “procesos penales”. Le repito, muestre los números de criminalidad, así como hice con usted, “si es que los tiene”.
Para alguien con una vida miserable y que se comporta como una ilusa, deja en claro que solo es una persona que siente miedo cuando un hombre la expone y no se deja manipular por alguien como usted. ¿Quién es aquí la que se comporta como una gamina? ¿Quién es la persona que cree que con burlas va a romper a sus oponentes? ¿Quién es la persona que fue catalogada como un peligro para las redes sociales por su feminismo radical? Todas las veces que la he humillado y hasta el día de hoy, prefiere encerrarse en sus traumas, porque incluso hoy, Día del Padre, no puede encontrar consuelo en un hombre que la pueda querer. Porque hasta esa persona sentiría asco por usted, ya que todos aquí le dicen “La Culpa”. Porque nadie se la quiere echar con esa pañoleta puesta todo el tiempo.
¿Sí ven? Solo alardea de que puede intimidar al que piensa diferente, porque es una feminazi que necesita ser encerrada en una cárcel. Ni siquiera tiene el valor para buscar al sur de la ciudad porque dice tener otro tipo de “prioridades”. Y cree que desquitándose con los perros y gatos que tiene en su domicilio va a lograr calmar esa rabia que tiene en contra mía, sabiendo a ciencia cierta que eso es lo que me alimenta por dentro. Créanlo o no, la señora Mónica Godoy Ferro es solo una babosa andante que le gusta arrastrarse en el fracaso y no conoce límite alguno hasta que le llega a su residencia (dependiendo si es Chapinero o Teusaquillo) una citación judicial por injuria y calumnia, así como pasó hace cinco años con el sociólogo Fabián Sanabria. ¿Tengo razón? Evidentemente. Ya que se acostumbró a mentirle a la sociedad y a su círculo interno para que le aplaudan todo lo que dice en redes; pero, busca de forma dictatorial callar a todo el que no comparte su criterio. Sabemos que eso es así.
Su comportamiento en redes sociales la amerita actualmente como una terrorista con pañoleta porque convierte su discurso “feminista” en un odio resentido hacia los hombres que no apoyan o no la acompañan en esa fracasada lucha que su feminismo busca con el fin de seguir dividiendo tanto a hombres como a mujeres. En eso consiste su agenda personal, porque la agresividad se ve más en usted que en mí, porque tiene miedo de aceptar que la guerra que tanto deseaba se acabó, que esa discusión la terminé ganando con esa metáfora que tanto se niega a procesar mentalmente, porque siempre se ha comportado como una enferma mental. Así a mis colegas no les guste la descripción que voy a decir sobre usted, pero se comporta como una psicópata que quiere acabar con la masculinidad que hay en Colombia, por el simple hecho de querer tergiversar todo a su antojo, porque para eso sí es buena. Por algo es que le sacaron ese cartel donde la señalan de ser una persona peligrosa.
Y sale a reclamarle a cierto periódico que le pertenece al señor Fidel Cano Correa con respecto al siguiente tema:
“Solicito de manera formal a El Espectador que retire su reconocimiento a mis luchas como personaje del año 2018. No quiero mi nombre y mi imagen ligados a un medio que apoya a un Estado que comete crímenes de lesa humanidad. Señor Fidel Cano Correa. Por favor, bajen la nota de su portal. Ayúdenme a difundir para que llegue a las personas indicadas. ¡No más El Espectador! ¡No más propaganda sionista disfrazada de información! #FreePalestine”.
Se indigna por eso, pero no piden que retiren el artículo que sacaron sobre mí en 2023 donde ustedes dicen que quiero matar a las feministas mientras era militante de la Colombia Humana sin tener pruebas reales de lo que dicen, ya que se tomaron tan literal una simple metáfora. La hipocresía hecha pasta para alguien que ya manchó su nombre y su imagen al exponerse como es hoy en día. ¿Qué pasó, feminazi, se molestó con esa mención? Juega a dos bandas porque sabe que eso es verdad, y puede a su perro castrado con pañoleta, o al aliade que le gusta orinar sentado durante las marchas feministas, a contestar por usted. Solo veo aquí a una persona que fácilmente reacciona de forma irracional ante la palabra de alguien que en silencio ha planificado su caída.
Sinceramente, usted ya está en las últimas con su discurso barato del feminismo que promueve actualmente...
¿Cree que es mentira lo que digo aquí? Según usted, todas esas cuentas que le han contestado las manejo yo; no obstante, ¿tiene usted alguna prueba válida donde confirme todo lo que ha dicho en los últimos años? O solo es la teoría de una falsa feminista que llora todo el tiempo y esconde su frustración al saber que no tiene los recursos para derrotarme. Lo que falta aquí es una pelea a mano limpia entre usted y yo porque eso es lo que tanto desea. Poderme ahorcar mientras le da órdenes a su perro faldero de que lo haga por usted y que así “va a hacerse respetar” por todo lo que he dicho sobre su discurso radical. Eso es lo que no soporta de una persona que representa el nacionalismo en Colombia, donde uno de sus lacayos, Felipe Arias Escobar (por más alejado que esté de usted), no soporta que un fanático de la historia de Colombia cuestione su punto de vista histórico y viva traumado con que “manejo” siete perfiles en Twitter. Y hasta el día de hoy, se esconde de mi persona, no quiere saber nada de la persona a la que está difamando y no ha presentado pruebas de ello.
Entonces Mónica, sus alegatos en redes sociales y su obsesión por encontrar rastros míos en Internet al final no le sirvieron de nada, porque usted solo es una pelafustán más de una élite que quiere acabar con todo y con todos. Se comporta como una capataz con ese discurso donde radicaliza a los hombres de ser los malos de la sociedad, pero usted no se queda atrás con esa hipocresía que tanto pregona en redes. No es capaz de golpearme si me ve en las calles de Chapinero o Teusaquillo, ni siquiera cuando trabajaba en la Universidad Nacional, en ese entonces no existía como hoy en día, porque es más viable ser un fantasma que una figura pública. Cuando voy por la calle, soy alguien común y corriente, inclusive por el centro de Bogotá, donde a veces frecuento para comprar algún libro de mi interés. Pero usted solo se encierra en su delirio obsesivo de que le voy a cortar la cara para después victimizarse en redes. Usted no es una mujer como tal, y deja por el piso la reputación de verdaderas mujeres que han luchado por tener esa igualdad que usted pregona.
No importa qué tan buena seas, todos somos los malos en la historia de alguien. Así que disfruta tu rol; al menos sé un villano memorable. Así es como usted me describe, como un villano.
Tampoco soporta que alguien con el conocimiento que ha conseguido sea mucho mejor que usted sin necesidad de ser relevante. He dicho lo que pienso en redes sociales y solo viene aquí a decir que en mí solo hay desprecio por las mujeres. Eso solo usted se lo cree y los aliades que solo obedecen a su criterio banal y sin sentido común. En fin, la obsesión se apoderó de su fragmentada mente y sale a decir que todos los que la atacan reciben órdenes mías o que yo estoy detrás de esos perfiles. Es obvio que ha tenido más que pesadillas conmigo porque no tolera que una sola persona la haya puesto en su lugar y tiende a desesperarse con acosarlo por WhatsApp. Yo sé lo que usted ha dicho y tengo esos pocos chats donde acosa a una persona que no conoce, creyendo que se sometería a sus intimidaciones. Falta ese encuentro cara a cara que vamos a tener muy pronto, y es ahí donde vamos a arreglar cuentas.
Siendo así, solo falta que les pida ayuda a las fracasadas de Juana Afanador, Sara Tufano Zuluaga y a la lamesuelas más grande del feminismo radical, Carolina Valencia Bernal, para que salgan a decir que las estoy “acosando” en redes, sin siquiera mencionarlas en Twitter. Fantasías inventadas por parte de un grupo de personas con pañoleta que está conformado por una miserable frustrada con la mente rota y comportándose como una inquisidora, una ballena andante con pañoleta, gafas y un insecto palo que sigue pensando en el directo de la RTVC de forma obsesiva. Para nada les va a servir que estemos trabajando juntos, porque eso es mentira. Dicho eso, van a salir furiosas como siempre a decir que están siendo atacadas. ¿Y la prueba de eso, dónde está? No existe, porque es un invento de su imaginación barata, y siguen presumiendo de su falso feminismo. Hasta una simple grosería hacia usted le dolió, y se conformó con llamarme criminal porque cree que eso le favorece, pero al final no va a ocurrir nada, porque no tengo ningún antecedente jurídico, caso contrario a su persona.
En sí, la metáfora de la katana les dejó una gran secuela a cada una de ellas, pero más que todo a su líder, Mónica Godoy Ferro, ya que su comportamiento es denigrante, indecente y es una maleducada cuando hay mujeres que cuestionan su forma de hacer feminismo. Se acabó el juego y usted no quiere entender que las cosas que ha defendido desde el principio han culminado de manera que no es capaz de imaginar, y cree que La Trinidad Nacionalista tiene la culpa de ello. Usted es la menos indicada para decirle a la sociedad cómo debe comportarse porque ni siquiera tiene algo de decencia y educación, señora antropóloga de quinta. Salga a las calles a buscarme, yo la reto. Pero no se queje si alguien con poca paciencia sale a golpearla en la calle por estar buscando a una persona que no puede tocar, por más que diga que “el gobierno me protege”. Ni así ha podido dar conmigo porque siempre se esconde mientras observo en silencio, mientras se ofende con cualquier cosa y estalla por nada. Predecible. Porque lo mencionado primero siempre ha hecho referencia a cómo Antonio Nariño sometía a sus enemigos mediante una hoja de papel y una pluma durante la época de la Nueva Granada.
Dado que usted no quiere dejarme en paz, esta columna va a ser un gran contrapeso para usted y su discurso barato de que todos los hombres son acosadores, incels y misóginos, cuando todos ellos hacen parte de su círculo interno y se comportan como los cobardes que son. Así es, usted dice que es alguien pulcro y su sociopatía es bastante exponente a la hora de ser confrontada por fuerzas que no puede detener. Para que le quede claro todo esto, el nacionalismo ha derrotado al feminismo radical que hay en Colombia, y usted no tiene un discurso propio para poder contrarrestar esa derrota. Hable de mí las veces que quiera, tenga hasta fantasías conmigo donde me quiere doblegar y obligarme a seguir su paralelismo radical; al final veo aquí a un orco que finge ser una mujer que le gusta quemar todo a su alrededor con sus palabras. Le cuesta aceptar que hasta sus aliades son en el fondo un grupo de personas que han sido sometidos por mujeres que no recibieron afecto masculino, mientras ustedes los llaman “caballeros”, por el simple hecho de que hayan sido castrados por ese pensamiento radical que usted promueve, Godoy.
Buscaba atención de mi parte, ¿verdad? Su obsesión la llevó a que la humillara una vez más y con esto, no habrá nada que pueda hacer. Le he dicho que me busque y me atrape usted misma, pero le da miedo ensuciarse las manos. No quiere dejarme en paz, pero se va a ganar algo de mi parte que no va a olvidar nunca. Y como dije antes, espere noticias mías porque ya quedó claro que su feminismo ha sido derrotado una y otra vez por un antihéroe político. Le pesa entender que una sola persona arruinó su mundo, sus planes, sus mentiras y sus difamaciones, porque no pudo encontrar a un hombre que la hiciera feliz. O más bien, que la sacara de ese embrollo personal que la tiene prisionera, ni tampoco se deja ayudar porque no quiere que el hombre tradicional le ponga una mano encima. Aceptar que perdió la guerra con dignidad es lo menos que puede hacer.
¿Cuál es el siguiente paso para el resto de mujeres trastornadas que la siguen en ese lavado de cerebro en el que están?
Esta historia continuará bajo la figura explosiva y “radical” de un volcán.

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