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NO FUE UN DESCUBRIMIENTO, FUE UN GENOCIDIO CONTINUO

Por años hemos vivido bajo una mentira de que este conquistador "descubrió" un continente que estaba habitando por los nativos. Hoy, se destapará aún más la verdad...


Desde que estábamos en el colegio, nuestros profesores nos decían que Cristóbal Colón descubrió con sus barcos “La Niña, La Pinta y La Santa María” un continente que era habitado por los nativos e indígenas el ya mencionado 12 de octubre de 1492. Ellos nos mintieron en la cara y nos ocultaron la verdad de lo que pasó en ese entonces, diciéndonos que con este “descubrimiento” se partió la historia en dos; pocos teníamos nuestras dudas pero aquí voy a contar basándome en varios relatos lo que ocurrió realmente ese día.

Cuando ellos llegaron a las tierras indígenas durante los cuatro viajes que hicieron, lo primero que ocurrió fue el genocidio más grande de la historia de la humanidad, pero ante mis ojos yo lo puedo catalogar como un magnicidio. En un artículo publicado por TeleSur el pasado 11 de octubre de 2016 en donde se cuenta que dicha fecha no es un día para celebrar; pero sí para recordarle a los causantes de este suceso, en donde se perdieron aproximadamente 90 millones de pobladores de la región y gracias a la llegada de Colón, ellos fueron exterminados.

Según el antropólogo de origen brasileño Darcy Ribeiro, mencionó que a finales del siglo 15, al momento en que ellos (los conquistadores europeos) arribaron a América, ya existían alrededor de 70 millones de indígenas. Siglo y medio después solo quedaron unos tres millones y medio de nativos. Esta invasión del imperio español dejó tras el paso que trazó muerte, desolación, saqueos de nuestros recursos y sus riquezas naturales. Y estos pueblos indígenas originarios que estaban en ese entonces fueron esclavizados, torturados, despojados de sus tierras, de su cultura y evangelizados a la fuerza.

Esta invasión con hedor a genocidio, también fue conocido por valerse del “secuestro, tortura, deportación, mercantilización y esclavitud de millones de habitantes del continente africano” como mano de obra barata en el “nuevo” continente según la reseña publicada por el portal Rebelión. Fueron 528 años de mentiras, sufrimiento, derramamiento de sangre, muerte, odio, desprecio por las culturas nativas, irrespeto, olvido y destrucción provocados por los españoles. ¿De verdad vamos a seguir cayendo en una falsa celebración en donde los culpables hasta el momento no han pedido perdón?

Dicho “descubrimiento” ha sido siempre una farsa. 18000 años atrás nuestros antepasados nativos cruzaron el Estrecho de Bering ubicado entre el continente asiático y Norteamérica, aprovechando la estación glacial que unió a los dos continentes. Y hay muchas personas que aparte de sufrir indolencia, defienden a esos conquistadores asesinos, violadores y pedófilos. Pero, ¿qué hubiera ocurrido donde los vikingos, polinesios, galeses o los chinos hubieran fundado este continente luego de haberlo descubierto? En ese orden hubiera ocurrido muchas cosas, pero eso tampoco lo cuentan y lo han negado por años, por siglos, nuestros propios profesores; pero para que castigarlos si ellos también víctimas de la mala educación que hay en Colombia.

Pasando entre los años 1520 y 1540, las “conquistas” o fundaciones que ocurrieron en diferentes parte de Colombia en ese tiempo conformadas por los Arawak, los Caribes, los Muiscas, los Misak, los Awá, los Emberá, los Nasa, entre otros conocidos por los que hemos estudiado o hemos conocido de su cultura, sabemos que han sido víctimas de las atroces represiones provocadas tanto por esos “fundadores” como los gobernantes que han pasado a lo largo de la historia. Vamos describiendo cada genocidio provocado luego de dicha fecha:

Rodrigo de Bastidas con Santa Marta, que hasta el día de hoy ha sobrevivido por ser un punto estratégico y poseer una gran riqueza. Lo que no tenemos claro es que en cada “conquista” vidas de hombres, mujeres y niños indígenas se perdieron en esta y las demás ciudades donde los españoles son los culpables de la violencia que se vive al día de hoy. Y esas últimas expediciones tuvieron lugar en la parte caribeña de Colombia, pero la parte de la costa pacífica no fue explorada hasta 1522 en que Pascual de Andagoya, enviado por Francisco Pizarro desde Panamá. Andagoya recorrió parte del litoral colombiano pero no encontró ni obtuvo nada de interés. Estoy seguro de que ustedes allá en esa ciudad desearían presentar ante el Concejo de esa ciudad un proyecto de acuerdo para remover esa estatua y reemplazarla a petición del pueblo indígena. ¿Cierto?

El llamado licenciado y conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada hizo su exploración desde Santa Marta 600 infantes y 70 caballeros con una flotilla de tres bergantines y una fusta para ascender el río. Bordearon Sierra Nevada y llegaron a Valledupar, pasando por Chiriguana, Tamalameque, Sompallón y Barrancabermeja. Habían logrado avanzar unos 900 km río arriba pero llegaron a un punto en el que no podía seguir avanzando; aún no habían logrado ninguno de los objetivos: encontrar oro y descubrir la ruta que les llevaría desde Santa Marta hasta el río de la Plata a espaldas de los Andes.

Luego, cambiaron el rumbo y se dirigieron a la siguiente sierra ascendiendo el curso del río Opón. Seguir la ruta de la sal les llevaría a las riquezas. Pasaron por Guachetá, en donde encontraron esmeraldas y luego por Lenguazaque, Cucunubá y Suesca penetrando en el valle de los Panes de la Sal (Nemocón, Tausa y Zipaquirá) continuando hasta Cajicá y Chía, en donde ascendieron hasta Suba en donde descubrieron el Valle de los Alcázares, llamado así por el cronista Aguado en el que describía la zona como ocupada por unos edificios que al verlos de lejos parecían suntuosos y de gran majestad. ¿Alguien sabe si ese lugar encontrado en Suba todavía existe?

Y con la continuación de esta exploración hacia el norte y se enfrentaron a distintos pueblos nativos, venciéndoles siempre y tratando de averiguar donde se encontraban las riquezas de los chibchas pero nada obtuvieron. Viendo que no había nada más que hacer procedieron al reparto de las pocas riquezas obtenidas y fundaron el 6 de agosto de 1538 la ciudad de Santa Fe de Bogotá asediando con fuego, sangre y el genocidio que ocurrió en ese tiempo, así quieran decir que están equivocados.

“La estatua de este señor también debe ser retirada, los pueblos chibchas deben organizarse para hacer dicho retiro”.

Los recientes sucesos en el Cauca provocaron la caída de la estatua del conquistador español Sebastián de Belalcázar. Y el pueblo Misak tomó la decisión de hacerle un juicio por el genocidio provocado tras su saqueo a Popayán el 13 de enero de 1537 cuando nombró de alcaldes a los señores Juan de Ampudia y a Francisco García de Tobar. Fueron quinientos años de esclavitud para las comunidades indígenas que ya va siendo el momento de seguir tumbando las estatuas de los genocidas que han acabado con nuestros ancestros.


Supongo que desde mi punto de vista, ellos también celebraran luego de sus conquistas el famoso 12 de octubre, que nunca en la vida ha sido algo para festejar. Eso a ellos nunca les importó ni estando en el más allá, porque nunca tuvieron respeto por la vida, pero sí por la muerte y las riquezas que los mayores indígenas tenían en su poder. Y callados están los actuales hombres y mujeres porque defienden a asesinos como los son ellos y el señor Pedro de Heredia y la fundación y conquista de Cartagena de Indias el primero de junio de 1533, el cual los políticos corruptos de ese país festejan su fecha consumiendo cocaína y violando niñas menores de edad. Yo solo lo digo, no falta que sea cierto dicha afirmación.

Bueno, las cosas aquí las han querido negar durante siglos y nuestros gobernantes han sido cómplices de muchas cosas. Por ejemplo, el querer acabar sin misericordia alguna con sus culturas, tradiciones y convertirlos en desplazados forzados; no olvidamos tampoco los falsos positivos que Uribe ejecutó con solo una palabra y que entre ellos los jóvenes indígenas fueran parte de su sed de sangre y venganza contra una guerrilla que supuestamente mató a su padre narcotraficante.

La indolencia de muchos de los colombianos no les hace caer en cuenta que las fechas que se dieron para fundar las ciudades en donde vivimos son días de asedio y genocidio de más de quinientos años de historia para unos, sufrimiento y esclavitud para los pueblos y comunidades indígenas. Si pudiera vivir un día aprendiendo de sus tradiciones, me sentiría honrado el ser su compañero, su aliado y su amigo. Son cosas que uno debe aprender a tolerar, a respetar y debe aprender convivir con ellos.

¿Cómo decirle y explicarle a esos personajes que cuestionan y aborrecen al indígena de que ellos no le han hecho nada a esa persona? Yo he visto de primera mano como la guardia indígena protege, resguarda a los suyos y atrapa a los infiltrados que se colan en sus comunidades para hacer el mal; estos personajes tienen serios problemas mentales al querer seguir con el exterminio de un pueblo que por siglos ha exigido justicia, y en los días recientes hemos visto como los jóvenes de esas comunidades dejan callados a esos gobernantes que defienden a asesinos y genocidas.


Sigo insistiendo en que ellos merecen algo más que justicia, merecen tener lo que nosotros hemos robado, sus tierras. Pero personas como Paloma Susana Valencia Laserna que tiene la propuesta de separar el departamento del Cauca, la mitad para los blancos, la otra mitad para los afrocolombianos y los indígenas; lo que nadie entiende es por que esta señora es un engendro de la llamada endogamia. Ustedes ya leyeron esa columna y saben de que se trata más que todo (LA PEREZA DE APLICAR LA HISTORIA, LA ENDOGAMIA), intimidar a todo un pueblo culturizado no los hará mejores personas.


Indispensable que aprendamos de ellos, convivir con los indígenas, no es malo ayudarlos, no es malo sentirse apenado junto a ellos. Sabemos que hay personas que dicen ser blancas, que se creen blancas pero en su registro civil nacieron como trigueños y mestizos. ¿Van a decir que eso no es verdad? Los reto a hacerlo, ¡vamos! Su superioridad en tener un color de piel diferente al de ellos, no los hará mejores personas y es seguro que esas personas que son así tienen un bajo coeficiente intelectual, porque nunca en la vida han aprendido a leer y ni siquiera a usar un libro.

Que esta semana que comienza no vean a esos pueblos con malos ojos, los tenemos que ayudar.


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