Una persona que convoca a perfiles de tendencia progresista para seguirse el uno al otro es ahora un perfilador al que le gusta aliarse con personas de dudosa procedencia. A ese personaje se le dejó en claro dejar quieto al que está quieto, pero no hizo caso al mensaje.
No es sorpresa que las tendencias #ProgresistaSigueProgresista o #EnjambreProgresista hayan dejado secuelas en algunas personas que se quedaron atrás y no fueran capaces de avanzar. Hoy en día eso se usa a través de cuentas de dudosa procedencia para no solo conseguir seguidores, sino también hacer perfilamientos. Y eso es lo que ha estado haciendo el señor Javier Enrique Romero Torres, conocido con el apodo de Bumblebee, cuya traducción al español significa “Abejorro”. Es un habitante de la localidad de Suba que posee más de 20 perfiles con diferentes nombres y sin tener una vida social activa. Vengo conociendo a este señor desde el año 2019 y veníamos trabajando con varios grupos que él administraba en la red social Facebook, misma donde me retiré totalmente para fundar mi plataforma de columnas que ustedes hoy conocen.
El señor Romero, quien antes lo conocía como “Tomás Cabal”, si mal no recuerdo, ha lanzado una serie de afirmaciones calumniosas a través de sus múltiples cuentas que hoy en día aparecen suspendidas por todas las denuncias que se le han hecho, y es alguien que carece no solo de atención, sino que se ha juntado con personas que hacen parte de la oposición que dice ser inteligente. Acostumbrado a crear espacios en la red social Twitter (X) con el fin de llamar la atención, lo que vemos en este personaje es una falta de necesidad de aprobación social y mental, ya que ni en el edificio de Huawei lo deben tener en cuenta, porque vieron en él la clase de perdedor que siempre ha sido. No obstante, vemos también a una persona que hace parte de esa sociedad de adultos inmaduros que todavía se disfrazan, y que al mismo tiempo usa lencería de mujer, donde a su vez tienen una vida paralela a la acostumbrada.
¿Cuál es el problema que tiene el señor Javier Enrique conmigo? Hace más de un mes ha venido diciendo que estoy detrás de dos cuentas con las cuales he interactuado, y no tiene los argumentos suficientes para mostrar lo que realmente dice. Sabemos de antemano que a este señor le hace falta algo más y por eso se la pasa diciendo que me gusta “acosar mujeres”, por el simple hecho de haber expuesto la logística de las feministas radicales. ¿Tenemos aquí a un aliade en potencia? Para exponer a alguien que en su documento empieza con el número 79, es más que evidente que hasta su familia lo ve como un bicho raro, y no le gusta que lo cuestionen o expongan las mentiras que todos los días lanza contra sus opositores. Hasta el día de hoy no ha mostrado ni una sola prueba real de que manejo a Aemon y a Tintín, debido a que es un mentiroso compulsivo con maquillaje de Darth Maul y vestido de militar, cuando en realidad nunca tuvo ese rango en el Ejército.
Lo que más inquieta a este señor, con casi 50 años, es que viva todo el tiempo obsesionado con poseer varias cuentas a su disposición, con varias de ellas verificadas y con nombres de personajes de Caballeros del Zodiaco. Recuerden que dije que a este señor lo señalé de ser un adulto inmaduro, ya que no hace falta que se haya disfrazado de una abeja obrera, pero sí lo hayan disfrazado de una mariquita gorda, fea, y horrible, viéndolo así por su aspecto físico. No le gustó que fuera descubierto y que su cédula no la haya tapado, siendo así su más grande error. ¿Cómo es posible que ese señor con problemas mentales y falta de ayuda social tenga multa sin pagar en el Simit? ¿Quién es aquí el que le gusta acosar mujeres, comportarse como un misógino y atacar a personas que no le dan la atención que necesita? ¿Qué es lo que tanto afecta a este mequetrefe antisocial para seguir repitiendo la misma estrategia y decir que no tiene antecedentes penales? Usted recientemente amenazó a una mujer con ir a buscarla, y el trino que publicó expone lo siguiente:
Viviana Díaz. Sé donde viven par de gonorreas; vamos a ver si Vergara es tan hábil con las manos como con la lengua.
Su obsesión y falta de dignidad es obvia y evidente para alguien que ha puesto en su lugar a este señor más de una vez. No deja de ser controvertido, porque su inmadurez se refleja en sus trinos. Todos los días vive de forma infeliz, agresiva y con un gorro soviético en una de sus fotos. El señor Romero Torres no puede explorar lo que viene a futuro, porque sigue creyendo que estamos en el año 2018. Es una persona sumisa que no inspira confianza; no sabe tratar a las mujeres, menos a los hombres que contestan sus trinos y acusa con palabras sin sentido, sin pruebas reales, y sin corroborar la información que publica en sus múltiples perfiles... De hecho, amerita hacerle más de una prueba psicológica y psiquiátrica para saber si ha tenido fracasos en tener relaciones sentimentales con mujeres, porque su actitud es de una persona frustrada. Por eso, ella lo denunció al día siguiente en la Fiscalía.
Al mismo tiempo, es la actitud de una persona que pone la grabación de una mujer en uno de los perfiles que él mismo maneja y buscaba aparentar que estaba hablando con alguien más. Ha vivido enfermo mentalmente; de seguro ni puede salir un fin de semana a buscar una vida social porque su mundo de fantasía, donde él es el “héroe” en su propio mundo, está hecho a base de mentiras y de lágrimas. ¡Así es! Este señor, cuando es confrontado en uno de esos espacios donde en la mayoría de veces sube, termina saliendo de ahí y empieza a llorar porque los demás invitados no le dan la razón a sus argumentos. La pregunta es: ¿por qué le gusta acosar a las personas y no dejarlas en paz? ¿Usted hace eso cuando sale a votar cada cuatro en ese colegio de la localidad de Suba, y observa de forma depravada a las mujeres y también a las adolescentes? No sabe; no responde a las preguntas, porque ha demostrado ser un completo cobarde y un asolapado.
Merecen que lo cojan a patadas por su desespero de estar acosando personas, Javier Enrique. Merece también que sea denunciado por coger los datos personales de los hijos de un abogado sin su consentimiento. Se merece ser la cantimplora de muchos reos que desean carne fresca en las cárceles, y sabemos que llevaría ese traje de mariquita para complacer sus deseos en el ámbito sexual. ¿No es así? Se le ha dicho varias veces que deje en paz a quien está quieto, y usted es tan terco, que ahora viene aquí a seguirme buscando problemas y no sea capaz de darme la cara usando solo un perfil que no tenga nada ver con un manga japonés... Todos sabemos cómo usted trabaja y conocemos sus técnicas de manipulación a través de tendencias fachas y del término “progresista”, porque eso es lo único que sabe hacer bien. ¿Verdad, infiltrado?
Todo el tiempo desocupado y sin distracciones que llenen su vacía cabeza de motivaciones, porque ni eso puede hacer bien. ¿Usted sigue insistiendo en que vaya a hablar con usted y que vayamos a conciliar para que le siga su juego? Eso de que “se nos cayó el internet” no tiene nada de relevancia, porque sé perfectamente que busca de alguna manera mi caída y que esto mismo involucre a la Trinidad. ¡No sea ridículo, Javier Enrique! Usted se la pasa diciendo que está estudiando y que no necesita que nadie lo mantenga, así como lo ha afirmado más de una vez cuando ataca al señor Sergio Alfonso. Esa obsesión suya con él ya es enfermiza, pero no falta que vaya a dedicarle una canción de música para planchar, porque ahí sí se le aflojaría la pasta y también la “canoa”. Guiño, guiño.
Tocará recordarle la respuesta que le di por ese trino que borró de forma cobarde, porque ahora hago parte de un grupo, al cual le hacemos seguimiento a todos sus perfiles y a su forma de actuar. Curioso que en ninguno de esos trinos me haya contestado, porque puedo oler su miedo desde aquí, Javier Enrique. Así trate de asimilar todo lo contrario: usted llora hasta por una roncha hecha con un golpe en la cabeza, hecho por una naranja. Un ser humano inservible para la sociedad que ha cometido más de un delito judicial y cree ser intocable, hasta que llegue la hora de la verdad. Una persona que no puede demostrar con pruebas reales lo que dice desde su casa o apartamento (donde sea que viva), porque no posee algo de inteligencia y no hace nada por reconocer sus errores a la hora de rectificar lo que dice. Sus verdades están basadas en mentiras; su mentalidad de ser alguien inteligente es solo una simple ilusión.
La respuesta a destacar es la siguiente.
“Usted dejó de ser importante para mis asuntos”. Cada uno tomamos un camino y no necesito decirle nada más. Y por favor, supere el trauma de que Aemon y yo somos la misma persona, porque eso nunca ha sido así. No tengo que decir nada acerca de lo que se hizo antes, pero usted se obsesionó. No tengo que defender a nadie aquí, porque usted sabe lo que soy en realidad, y me tenía harto con sus multicuentas de Twitter. Ya no estamos en Facebook y eso fue una etapa que por lo menos yo ya superé. Tenga en cuenta que ya hasta me genera desagrado por todo lo que ha dicho. Usted sabe perfectamente lo que le hizo a él; arregle eso pero no conmigo; si está buscando provocarme aquí, pierde el tiempo. Estoy haciendo cosas que usted no sería capaz de entender, porque al menos yo tengo una vida social y sé lo que ha hecho con esas multicuentas.
“De cualquier modo, le sugiero que me deje en paz y al menos agradezca que conteste a su trino”. Veo más allá de las cosas y, con todo el conocimiento que he ganado, usted a la primera página colapsaría. No entiende en lo que estamos ahora, porque se quedó atrás y preferí avanzar. Y esto es lo último que le voy a decir, señor Javier. Deje de mencionarme en sus trinos, en sus cuentas verificadas y así evitaré que ciertas entidades vayan a visitarlo mientras está en etapa de sueño. Revise bien lo que soy ahora y siga su camino. Espero haber sido claro.
De cualquier modo, usted no fue capaz de entender el mensaje y siguió con sus comentarios baratos mientras permanecía oculto detrás de un celular. Sigue insistiendo en algo del cual no tiene una prueba que corrobore lo que dice en Twitter, porque ya está catalogado como un payaso y un bueno para nada. ¿No es así? Vive obsesionado con unos enemigos ficticios y siempre se ha mostrado como alguien que busca presumir de una masculinidad que al final no tiene, gracias a esa turbia foto, en la cual ya he hecho mención dos veces, porque en esa expresión facial que tiene ahí, se le nota que le gusta verse como una mujer más. ¿Verdad, Javier Enrique? No es ninguna coincidencia para nosotros que se convierta en una molestia para nuestros intereses, y nos quiera exponer como si fuéramos los malos aquí, cuando usted ya tiene ese papel con sus multicuentas. Como si quisiera revivir de las cenizas, pero ni eso es capaz de hacer. Y sus montajes, al final de cuentas, no dan ninguna impresión, porque ha demostrado esa obsesión contra el compañero Camilo.
No se cansa de atacar a las mujeres de esa red social, porque no le dan siquiera la hora, y también se la pasa acosando a mujeres casadas, por lo que he visto allá. No es muy inteligente que se la pase borrando trinos donde hace esos mismos ataques y luego vaya a hacerse la víctima. ¿Lo están acechando esos hombres a los que también ha atacado? O es que al señorito con falda le molesta que le digan la verdad en la cara. ¿Eso es así? Obviamente, usted no es un ejemplo a seguir, mientras use la misma estrategia una y otra vez, para que después empiece a victimizarse. Ese abejorro, el cual usa para representarse, nunca le ha lucido en la vida real, porque todos aquí sabemos la clase de cobarde que es y luego viene a mostrar una valentía que en las calles no tiene, menos en su trabajo.
Vemos aquí a un zángano al cual le duelen las rodillas cuando tiene que ponerse tacones y unas antenas para luego empezar a atacar a quienes no respeta y el miedo lo invade cuando habla de mí. Dígame: ¿tanto le dolió que no le siguiera el juego hace más de 4 años? Sí. Yo sé perfectamente que me ven como una amenaza y lo expliqué en una columna donde expongo lo que soy, pero la gente no es capaz de comprender lo que uno quiere demostrar, porque siempre se han mostrado con un argumento cerrado, conservador y no son capaces de activar el tercer ojo de la cabeza. Eso a usted le parecerá ilógico, pero en usted siempre le ha hecho falta el amor de una mujer y la opción de tener una vida social. Dice tener “hijas”, pero dudo mucho de su afirmación, ya que atacó la descendencia de alguien más. ¿Ellas saben que su “papá” es un fracasado? Porque no creo que tenga una familia propia.
Como puede usted observar, Javier Enrique, usted quiere que todos caigan en su podrido panal donde no hay ninguna aportación de conocimiento, y eso siempre se ha hecho evidente en los últimos años. Esos libros que publicaba acerca de la historia del uribismo no los volvió a promocionar, porque pensó que alguien se lo había robado. ¿Cierto? Usted antes los promocionaba para que la sociedad los leyera, pero le dolió más que yo los compartiera y dejara en ridículos a todos esos adeptos de la endogamia paramilitar que siguen defendiendo esa secta. Mientras, usted se hace pasar por un “progresista”, atacando a otras, con tal de reprimir su orientación sexual. No tengo pruebas de eso último, pero las dudas no se descartan con esas fotos que andan rondando en redes.
Su gran problema aquí es que huye de los psiquiatras y de no hacer caso a sus recomendaciones. No sabe obedecer siquiera a su propia conciencia, debido a que quiere insistir frente a todos los colombianos que es una persona que defiende los ideales de un “progresismo” que ya está corrompido por esas élites a las cuales usted se está juntando actualmente. Obviamente estoy haciendo referencia a esas bodegas de la secta uribista. No hace ningún tipo de deporte, no sale a la calle, se encierra como el fenómeno resentido que ha mostrado en sus 26 cuentas, y que haya abierto nuevas cuentas con los mismos arrobas electrónicos. Sí, sabemos todo eso, porque usted, en el show que armamos, usted demostró que es el topo que trabaja para la oposición que quiere tumbar al presidente Petro... Usted, Javier Enrique, no es una persona ingeniosa y siempre busca excusas baratas para evitar meterse en problemas legales. Porque con esa débil reputación, está acostumbrado a los shows baratos.
Y todavía vive con ese trauma de que soy un “chirrete” y un “acosador de mujeres”, todo porque cita a una sociópata que sin decirle nada, lo está manipulando. Usted es alguien que se esconde detrás de sus carencias afectivas, de su propia cobardía, de evadir su tratamiento farmacológico, y de su propia enfermedad mental. ¿De verdad viene aquí a creerse un matón de cuarta con los antecedentes que tiene? Solo se la pasa jodiéndole la ida a personas que tienen más hombría y vida social que usted, y reitero lo dicho anteriormente: es usted la persona a quien le gusta atacar mujeres no por su tendencia política, sino por su color de piel. Por eso hace pataletas como un niño grande, inmaduro y un completo bobo que no le da la cara a ese asilo psiquiátrico en aquella ciudad. Eso explica la causa de su separación. ¿Verdad, Javier? Haga todas las preguntas que quiera, la realidad es esa y no puede cambiarla.
Solo le queda esconderse de las personas a quienes provocó con sus comentarios, de forma cobarde.
Usted se convirtió en una batería llena de odio, ira, frustración y desprecio por quienes no apoyan su punto de vista. Adivine quién se va a alimentar de todas esas emociones sin siquiera saber que pronto los vamos a ver de rodillas cuando sea judicializado en la Fiscalía. Usted, cuando dice no tenerle miedo a sus enemigos, está afirmando todo lo contrario detrás de esas cuentas con las fotos de esos caballeros dorados. No tengo que sentir lástima por un perdedor como usted, pero merecen que linchemos a patadas por todos los ataques que ha arrojado en contra de quienes pensamos diferente de forma real. Vemos aquí a una persona que necesita de la aprobación de los demás, que se comporta como alguien que sigue a una de esas modelos de Onlyfans, a la cual dona su dinero para que sientan lástima por usted y lo tengan en cuenta. Lo veo de esa manera, Javier Enrique. Yo veo aquí un fracasado en la vida. Y aquí tenemos una diferencia en particular y lo diré de la siguiente manera: Ambos miramos al abismo. Pero cuando él nos miró, usted pestañeó.
Ataca a las personas por su aspecto físico y se comporta como un verdadero hipócrita, y todos los días ofrece las dos mejillas para sentirse importante, ¿no es así? ¿Por qué y para qué quiere meterse conmigo usando la foto de alguien que no tiene nada que ver conmigo? Usted es un poco hombre y un resentido, que se quedó atrapado en un círculo vicioso donde solo busca la misma respuesta y no tiene el valor para salir de ahí, porque no se comporta como un hombre de verdad, ni tampoco tiene clase de vestirse de manera adecuada, ya que no le luce ni una corbata en su demacrada apariencia... ¿No es verdad? Bueno, no importa. Sé bien lo dolido que está y el por qué no estoy a su lado haciendo esas promociones, y opté por irme a la red social Vkontakte (VK). Al final de todo, terminé ganando, porque sabía perfectamente lo que pasaría si me hubiera quedado a su lado, y sería su prisionero. Por suerte, encontré el conocimiento que tanto buscaba cuando me inicié en ese sendero al cual usted le teme.
Fue un gran error que me fuera a buscar problemas, y todo por seguirle el juego a una casquisuelta. Muy necesitado estaba para llamar la atención de alguien a quien no puede tocar, porque usted ha cometido más delitos de todas las cosas que ha hecho contra sus “opositores”. Solo eso sabe hacer la mariquita que se cree un abejorro, porque la injuria, la calumnia y la amenaza son las armas con las cuales ataca de forma constante a quienes no lo apoyan. Y si hace parte de la comunidad LGBTIQ+, puedo decir que usted es otro mentiroso, al cual necesita un gran escarmiento público y que al final use la lástima para que la gente le dé un poco de atención a su indigencia mental y personal. No crea que esto se quedará aquí. Señor Javier Enrique, yo sé que quiere vernos caer a la Trinidad y a los compañeros a los cuales ha atacado en los últimos meses, en especial a mí. Porque sé bien que me tiene miedo, al igual que ella. En otras palabras, veo aquí a un hombre sumiso y completamente débil.
El desgraciado sin dignidad propia, que no es capaz siquiera de cuidarse un poco, viene aquí a buscarse problemas de los cuales no puede resolver. Para alguien que le duele aceptar la verdad, este será el principio de su final en las redes sociales.
Le duele esconderse porque usa la cobardía, porque un corazón tampoco es capaz de poseer a modo personal, y menos algo de valor propio.
Su final está más cerca de lo que cree.
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